Leoncio Feijoo Lamas
Benito Corbal
Debió nacer Benito Corbal Estévez hacia mediados del siglo XIX en la parroquia pontevedresa de Bora, que por aquel entonces pertenecía al ayuntamiento de Mourente.
De origen humilde, como atestiguan las crónicas periodísticas, "supo encumbrarse económica y socialmente a expensas de un trabajo perseverante ayudado de una clarísima inteligencia que ha campeado en los actos todos de su vida".
Desde luego que el ámbito en que más destacaría el señor Corbal sería en el de contratista de obras. En Pontevedra sin ir más lejos, realizaría toda la parte de cantería del actual Puente de la Barca, importante obra de infraestructura de finales del diecinueve, donde se verificaría además la primera huelga de obreros de la que se tiene noticia en la ciudad. Se sabe que también construyó el puerto de Cangas de Morrazo.
Hacia 1894, año en que Benito Corbal es elegido concejal, cargo que ocupará también las dos primeras décadas del siglo XX, este contratista promoverá y financiará el cementerio de Bora.
Hacia 1900 encontramos a este emprendedor abriendo una nueva línea de negocio. En concreto, administrando como propietario el balneario de la cercana villa de Ponte Caldelas.
Pero sin duda la labor más meritoria por la que será recordado este empresario es la de la urbanización de la calle del Progreso, el tramo de la rectilínea carretera de Orense -ideada ya hacia 1805 por Don Pedro de Acuña, y ejecutada más tarde por los ingenieros decimonónicos.-que transcurría entre la plaza de la Herrería y el Hospital Provincial.
Según las prensa de la época "puede decirse que aquella vía es obra casi exclusiva de D. Benito Corbal pues a ella dedicó muchos afanes y pesetas construyendo cerca del ochenta por ciento de las casas modernas de esa calle una de las más espléndidas de Pontevedra". Además gracias a sus influencias y trabajos conseguiría un nuevo lugar para la celebración de las ferias de ganados que hasta entonces, alrededor de 1900, se celebraban en el Campo de San José actual parque de las Palmeras naciendo así el espacio que hoy conocemos como plaza de Barcelos.
No es de extrañar que cuando fallece Benito Corbal Estévez, hecho que tiene lugar el 18 de marzo de 1926, enseguida se levanten voces reclamando al municipio que se rotule con el nombre de este contratista a la calle que por entonces se denominaba como "del Progreso".
Es muy significativa la instancia que dirige a la Administración Local capitalina nada menos que la Sociedad Patronal de Contratistas de Obras Industriales, solicitando lo anterior, teniendo en cuenta entre otros motivos que "siendo el señor Corbal hombre de floreciente posición económica, pudo vivir tranquilamente de la renta que le produjera un cómodo empleo del capital ganado a fuerza de trabajo y laboriosidades. Pero su amor al obrero y al pueblo que le vio nacer, le movieron a luchar sin descanso dedicando todas sus energías y recursos al embellecimiento de Pontevedra, edificando sin cesar, y así, al par que daba constante ocupación a gran número de obreros ensanchaba el área urbana de nuestra ciudad".
Lo que en principio parecía una petición justa al Ayuntamiento enseguida se complicó ya que para este cambio de nombre la normativa vigente en aquella época Dictadura de Primo de Rivera - precisaba que era necesario contar con el interés de al menos las dos terceras partes de sus vecinos, no como actualmente que es el ayuntamiento sin más trámite el que cambia la denominación de las calles, prefiriendo en todo caso los recogidos por el catastro de rústica para las de nueva creación.
Y así es como por medio de una instancia del 20 de abril de 1926, prácticamente la totalidad de los vecinos de la calle del Progreso muestran su apoyo "por creerlo de justicia y ser voluntad de los vecinos que rubrican" al cambio de denominación de la moderna vía.
Dos años más tarde, concretamente el 18 de abril de 1928, "sin previos anuncios, sin comitivas aparatosas sin pompa alguna los obreros municipales retiraron los carteles que ostentaban la denominación de Progreso y colocaron los nuevos con el nombre de Benito Corbal".
No obstante sectores muy minoritarios del movimiento obrero local, en consonancia con la dialéctica de la lucha de clases, tan en boga por aquella época, no debieron ver con buenos ojos este homenaje popular a un capitalista, pues años más tarde, ya en la República, el concejal comunista García Filgueira intentaría recuperar, sin éxito, la antigua denominación de "Progreso" para aquella vía urbana.
Más tarde un tramo de la calle de Benito Corbal, próximo al Hospital, sería rebautizado como del Doctor Loureiro Crespo, el que fuera presidente del Colegio de médicos, quien curiosamente coincidiría como concejal con Corbal en la Corporación de 1912.
En fin, como señaló la prensa de los brillantes años veinte, "nadie que haya conocido a este entusiasta y laborioso pontevedrés, afable, bondadoso, honrado, que vivió siempre por y para el trabajo pondrá en duda que sencillez tan ejemplar está en consonancia con el recordado muerto. Ahora sólo nos resta felicitar al Ayuntamiento de Pontevedra por su acierto al recoger y hacer suya la idea de este homenaje que mereció desde un comienzo la simpatía y adhesión popular."