Javier García Vega
La Fiesta del Servicio de Urgencias
El pasado viernes, en la Finca Batacos se ha producido un fenómeno extraordinario. Lo que inicialmente empezó como una “Comida-baile para despedida de personal del Servicio de Urgencias”, se convirtió en un grandioso homenaje a toda una generación del Servicio de Urgencias del CHUP.
Casi 200 personas (si contamos a los que querían acudir, pero no pudieron hacerlo porque Urgencias no se cierra nunca) se reunieron para despedir a 11 trabajadores entrañables del mencionado servicio, con una dedicación de muchos años al cuidado de los pacientes que diariamente acuden al Servicio de Urgencias.
Allí estaban representados absolutamente todos los estamentos de la familia sanitaria, desde cargos directivos, médicos de diferentes especialidades del hospital (Cardiología, Cirugía, Anestesia, Radiología, Vascular, Medicina Interna y, por supuesto, de Urgencias), colegas del 061, personal de enfermería (enfermeras-os y auxiliares), celadores, administrativos, secretarias, ambulancieros, personal de mantenimiento, … y Raúl -disculpadme si me he olvidado de alguno- unos en activo, otros jubilados, pero todos con el grato recuerdo y con la intención de homenajear a los que recientemente han dejado el Servicio de Urgencias.
Compañeras-os y amigas-os a los que hacía años que no se les veía. Abrazos y besos por todos lados. Los sentimientos en ese recinto estaban a flor de piel. Las lágrimas asomaron en muchos ojos. El ambiente era emoción pura. Impresionante.
Se despedía a Enfermeras y Auxiliares de Enfermería (Ana L, Carmen R, Mercedes P, Ángeles C, Ana G, Ana C, Carmen B, Loli P y Ermitas L) que han dejado, después de muchos años de dedicación, el Servicio de Urgencias por diferentes motivos.
De ellas, particularmente, he aprendido a valorar el cariño y la profesionalidad con el que se trata a los pacientes desde la cercanía de sus cuidados y la necesidad del trabajo en equipo en esta disciplina tan difícil y, en ocasiones, tan poco valorada.
Y se despedía también a dos médicos (Emilio y Miguel) que han dedicado toda su vida a las urgencias y con los que he tenido el privilegio de compartir numerosísimas jornadas de trabajo e interminables guardias.
Uno se jubila por la puerta grande y el otro continua su inestimable labor desde la Atención Primaria.
Con ellos he aprendido, desde el principio de nuestras carreras profesionales, no solo de Medicina, si no de la vida.
Destaco, entre sus virtudes, el espíritu reivindicativo que, lejos de ser negativo, ha estimulado el día a día del servicio.
Ambos incansables, siempre dispuestos a asumir el turno que alguna incidencia de un compañero dejaba descubierto, aun a costa de estar al borde del agotamiento.
Siempre dispuestos a enseñar a un compañero o a un residente, trasmitiendo sus conocimientos como corresponde a grandes maestros.
Pero si hay algo destacable en todos ellos (los 11), es la humanidad y la vitalidad que han demostrado a pesar de llevar a sus espaldas las penosidades que la vida nos va dando y que heroicamente se van superando.
Siempre dispuestos a animar a un compañero exhausto o a ayudarle en su labor.
Como ejemplo de su huella, los adjetivos dedicados al Dr. Arruti por sus compañeros en el WhatsApp del servicio, cuando informó de su jubilación y sin que estos se hubieran dado cuenta de que ya había salido del grupo y no podía leerlos: “crack, enorme, grande, persona con mayúsculas, no hay palabras, alguien muy especial, maestro, medico consultor, ejemplo, estilo, señor, caballero, …”. Yo los resumiría en uno: “chapeau”.
Todos ellos y ellas han sido pilares fundamentales de la Urgencias en Pontevedra y por ello, una vez más, manifiesto públicamente, lo orgulloso que me siento de haber podido coordinar durante los últimos ocho años, este Servicio de Urgencias.
Muchas gracias a tod@s. Sois un ejemplo para las generaciones venideras y siempre estaréis en nuestros corazones. Ha sido para mí un auténtico honor.
Fdo.: Javier García Vega. Coordinador del Servicio de Urgencias de Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra.