Carlos Regojo Solla
Aroa
Aroa, mi nieta con nombre hawaiano; ávida lectora, prematura "escritora" de historias a las que, tiempo ha, su fantasía daba contenido y forma de pequeños cuentos a modo de mini volúmenes; va por el final de su vocacional carrera de Educadora Social.
Aquella "mini" editora de cuentos "encuadernados" con tanta ilusión, en cuyas portadas se nombraba a sí mismo autora de los respectivos contenidos temáticos e ilustraciones, ha ido creciendo dedicada a la preparación de una profesión cuya realidad se las trae por compleja y variada.
Nos mantiene frecuentemente informados a su abuela y a mí, adelantando antes que a nadie el resultado de sus evaluaciones, la problemática
de sus inquietudes, sus sueños de futuro, encuestas, preguntas, sugerencias... pese a la distancia que nos separa que no es más que una cuestión de voluntad y no de lejanía.
Se le va notando su formación. Su discurso no es largo. Me trae un título que ya ha leído y me reconduce a alguna conclusión errónea que yo
le doy o con la cual ella no coincide. Lo hace de forma breve y eficaz, hasta que yo comprenda lo que ella ha sacado en conclusión. Al fin y al cabo juego en su terreno y debo admitirlo.
Esta vez, me sugiere la lectura, entre otros, de un libro fascinante cuya historia se desarrolla en la "inestabilidad" propia del Monólogo Interior con el que viven algunas personas; de cómo los pensamientos corren por la mente sin control alguno haciendo imposible la toma efectiva de las decisiones. El libro es "El Teniente Gustl" de Artur Schnitznlr.
Esta manera de zarandear el pensamiento se asemeja más a una tortura pensante e inefectiva que me recuerda un poco a alguno de esos
programas de televisión donde todos hablan a un tiempo convirtiendo una idea precisa en un cúmulo de imposibles. No obstante, el Monólogo Interior como recurso literario es para mí todo un descubrimiento aunque me parezca haber estado dentro de su laberinto en varias ocasiones. Miedo me da su cercanía al pensamiento desordenado como un primer paso hacia la incoherencia y al olvido de lo esencial.
Le preguntaré la próxima vez si ha estado ensayando conmigo algún tipo de reacción al miedo, por si las moscas.