Mari Luz Fernández
Un mundo mejor
El 2013 ha sido un año horrible, marcado por los recortes, el paro, el malestar ciudadano y diversos enfrentamientos; un año que a la mayoría de la población no nos gustaría repetir. Pero también lo recordaremos por algún que otro buen acontecimiento como ha sido el nombramiento del Papa Francisco, quien pasará a la historia por el cambio radical que está llevando a cabo en la Iglesia, la cual quiere convertir en la amiga de los pobres y desfavorecidos y abolir la opulencia y distanciamiento que, durante años, han ido "crescendo", dándonos cada día una lección de caridad cristiana.
Este Papa nos recuerda que los grandes pilares en los que se debe basar una sociedad cristiana se están también resquebrajando en estos tiempos de crisis; la familia es uno de ellos, el ritmo de vida acelerado que llevamos, el consumismo en el que nos hemos volcado han hecho también que lleguemos a esta crisis que tanto nos ahoga y con el tiempo nos daremos cuenta que no sólo es económica sino también ética y moral. Nuestro mundo occidental se ha convertido en "un todo vale" para alcanzar nuestros objetivos, no importa quien caiga ni lo sucio que juguemos, lo más importante es estar en lo más alto de este estado que llevamos "bienestar", por ello no importa que se robe, se estafe o se pisotee a los más débiles, si todos lo hacen no puede ser tan malo
Para que un país como el nuestro cambie, hay que cambiar muchas cosas, no sólo los políticos son malos, ellos son los que vemos todos los días por la TV, pero a veces no nos damos cuenta que en realidad son el reflejo de la sociedad a la que pertenecen, la cual se encuentra caduca, trasnochada, con falta de principios y en la cual palabras como solidaridad y honradez nos quedan grandes. Como decía Lázaro en el Lazarillo de Tormes, honradez era un lujo para él, pues pensaba en su maltrecha vida y no podía permitirse ese lujo.
Aunque para ser justos también hay que decir que en estos tiempos de "vacas flacas" también se ven grandes ejemplos de ayuda a los demás, plataformas desinteresadas, organizaciones de ciudadanos que se organizan para arrimar el hombro y ayudar a su vecino, todavía quedan atisbos de esperanzas en una sociedad que parece cada día más corrompida y pérdida.
Esta crisis es una señal de que debemos regenerar el mundo de las finanzas y de la política. Desde que somos un país demócrata están las mismas caras en la política y sindicatos, eso quiere decir que no hay renovación generacional, algo va mal o no funciona. Los jóvenes protestan, pero no quieren participar, principalmente cuando el trabajo no es renumerado; en el mundo vecinal, nadie quiere entrar, no hay espíritu de sacrificio por los demás.
No sólo España afronta dificultades económicas, a otros países les ocurre lo mismo, hay que cambiar la política y su forma de hacerla, no se puede estar siempre sólo con protestas, hay que buscar otras formas de arreglar nuestra situación, otras formas de gobernar y nuevas alternativas para nuestro maltrecho sistema, reinventar otra vez la democracia, pues se habla mucho pero no se practica la democracia. Tiene que haber más participación ciudadana, todos los ciudadanos debemos involucrarnos, el gobierno tanto a nivel nacional como local, no debe ser una cuestión de "amigos y afines", debe ser una cuestión de todos y para todos. La juventud, que es la más perjudicada en estos años, que luche por sus ideales, sean los que sean, pero que se impliquen, que se mojen y que estén dispuestos a cambiar estar situación, no con gritos y protestas, si no con trabajo y nuevas ideas.
Deseamos un 2014 sin paro ni recortes, sin más desahucios, sin enfrentamientos entre derechas e izquierdas, sin más excusas; que el 2014 traiga soluciones, diálogo, el entendimiento entre las personas y una nueva esperanza para la sociedad española.