Pedro De Lorenzo y Macías
Festejos de la patrona de Pontevedra: su afición taurina y el sabroso rabo de toro
En nuestra ciudad adquirió desde 1559 una gran afición tauromaquia. Comentan que los primeros eventos, se realizaron en la plaza de la Herrería, la del Pescado y la de la Alhóndiga. Hasta el siglo XVIII el coso preferido fue la Herrería.
En 1892 Benito Calderón Ozores consiguió erigir un coso de madera en el Campo de San Roque. En 1900 el pueblo logra construir una plaza de piedra y ladrillo en el coso de madera, siendo un gran referente de la tauromaquia en Galicia.
Por esta plaza torearon los mejores espadas del mundo, siendo un gran festejo en las fiestas patronales de la provincia de Pontevedra, La Virgen de La Peregrina.
A parte de la visita de grandes espadas, lo que más encandiló fueron sus becerradas, en las cuales muchos pontevedreses se animaron a lidiar a las bravas vaquillas. Todos tiene su historia. Vamos a pincelar las vivencias de una familia muy aficionada a lidiar toros y comerciar sus carnes al por mayor y venta a particulares.
Emilio Veiga Martínez siguió la tradición familiar: comerciar con diversas variedades cárnicas. Ya el prestigio de ser un gran carnicero venía de sus ancestros. En el siglo V a. C, este oficio se inició en Atenas, luego en Roma. En 1096 se creó la primera carnicería en París, extendiéndose por todos los países.
Emilio Veiga, enamorado de su vocación, siempre tuvo el gran deseo de torear en el foso de nuestra plaza de San Roque. Fundó su propia cuadrilla: un hermano, un hijo y un sobrino. Hay referencias de su gran arte taurino.
En agosto de 1976 toreó con su cuadrilla, en un mano a mano con Enrique Dios Picolo; su nombre taurino era "EL NIÑO DE LÉREZ". Hablan que hubo grandes aplausos para los diestros y fue un evento muy comentado en las distintas peñas; no faltaron las del "Parvadas".
En reconocimiento a su afición taurina y a su gran profesionalidad como carnicero, le concedieron este diploma, reconociendo que era el más capacitado para la venta de carne de toro, sobre todo "su rabo".
Sus hijos, Andrés y Emilio, siguiendo sus pautas ampliaron su cuota de mercado. Lograron distribuir a venta al por menor, productos cárnicos: vacunos, ovinos, y de caza autorizada; codornices y otras aves comestibles.
Los dos hermanos fueron un gran referente para la hostelería de esta ciudad y particulares, ya que sus productos eran saludables y suculentos. Comerciaban en varios pueblos de España los productos demandados por sus clientes: corderos, capones, perdices y otros. Nunca tuvieron en olvido la carne de toro, con sus rabos.
Fueron la tercera generación conocida de este gran oficio: "La carnicería". El tiempo va pasando. A Andrés, le sustituye su hija, formando la cuarta generación.
Reformaron el antiguo comercio, convirtiéndolo en un supermercado; tiene a la venta variedad de productos: mariscos, pescados, carnes, pero sin olvidar la sabrosa carne taurina. Está establecida en Juan Bautista Andrade 109, bajo (986 841135 y 617 985579).
Han establecido contacto con la Maestranza de Sevilla y contrataron toros con certificado del torero que lo lidió. Ya tienen a disposición de todos las sabrosas partes de toro, con sus rabos.
El domingo se inician los festejos de Nuestra Patrona, La Virgen de la Peregrina. Felicidades a Peregrinos y Peregrinas. No olvidamos a los romeros que hacen el camino.
Pedro de Lorenzo y Macías.
Fotografías: © Familia Veiga.