Carlos Regojo Solla
Volver a empezar
En la política local el escrutinio de votos de las últimas elecciones propias ha narcotizado la inmediata actuación sobre los temas pendientes. La explicación es que los miembros de la coalición de gobierno anterior, sufrido el desgaste consiguiente, han dejado en el camino demasiadas fuerzas, encuentran incómodos los sillones viejos y aún no se han sentado a trabajar.
Especial daño siente el alcalde Lores tocado tras los dos avisos que le ha enviado el electorado, amén del impacto frontal en Lourizán, y comprueba que el paseo se acaba y, cuando se decide por fin a ejercitar su condición de nacionalista se encuentra con las reticencias de sus ex-socios que ven que el "tiro" les ha hecho daño y estudian las estrategias a seguir soltando el peso justo de lastre.
No deberían temer los socialistas a un nacionalismo endémico que no ha sabido penetrar en la estructura espiritual de un pueblo que lleva padeciendo el pisotón de la bota del caciquismo -con el añadido actual de una globalización brutal´. Un nacionalismo rico que acaba siendo pobre y débil que siempre, pese algún resurgimiento puntual, termina en las poderosas manos del dinero.
Lores- se le nota- se ha despertado con la idea de pulir todo aquello que obtuvo en bruto y casi- si puede- hacerlo en solitario. Debe mostrar su esencia nacionalista y enviar él mismo un recado al electorado donde quede reflejado las virtudes que lo llevaron a ganar la primera de las tantas veces que fue elegido.
Sabe que, después de tantos años llevando el timón, ha iniciado la cuesta abajo que, por ley e vida,en este caso política, toca a todos. El alcalde intuye que esta pueda ser su última legislatura y hace frente a la realidad con la fuerza de su convencimiento político nacionalista en la esperanza de que sus socios de gobierno miren a sus propias espaldas y recapaciten.
Cuando leo al alcalde Lores hablar y manifestarse quejumbroso por el desacuerdo que protagonizan los miembros de la coalición habida hasta no hace mucho en el concejo de nuestra ciudad, pienso en lo fácil que es hacer promesas . Entonces visualizo aquellas clases de Ciencias realizadas en el laboratorio en el ático del instituto de la ciudad hace tantos años, con D. Mariano, inolvidable profe, cuando nos hablaba sobre la composición de las pudingas o del valor en oro de la pirita.
"Begin the beguine", alcalde.