Manuel Pérez Lourido
Pelis de psicópatas
Hablemos un poco de cine. En concreto, de películas de psicópatas. No son mis favoritas, pero me tranquilizan. Me explico: siempre que sale un psicópata en una película ya puedes ver el resto de la película tranquilo, todo ha quedado claro, se sabe quién es el malo del asunto. Recuerdo "El silencio de los corderos": no sabías cómo iba a acabar aquello, pero transmitía cierta calma el hecho de saber que el personaje de Anthony Hopkins era malvado. Un malvado que no podía ser a la vez bueno, con lo cuál el conflicto por ese lado era inexistente. Igual no me estoy explicando demasiado, lo cuál generará cierta desazón: eso no ocurre en este tipo de filmes, todo está en su sitio. Otra cosa es la trama, por ahí es donde nos llevarán los guionistas hasta el final sin que bostecemos. Este tipo de planteamientos, a mi modo de ver, resultan más interesantes que aquellos en los que un guionista transforma a uno de los personajes en psicópata de una escena para otra. Es una manera de inventarse un comodín, que no es más que una carta con la que se puede hacer trampa de forma legal.
Películas como "El cabo del miedo", "Misery", "Henry: retrato de un asesino" o "No es país para viejos" consiguieron llamar la atención del público a pesar de que estaba perfectamente identificado el psicópata de turno. Uno solo tiene que sentarse, es decir, seguir sentado, esperando a que el interfecto o interfecta reciba su merecido. Cosa que no siempre sucede.
Lo malo de este tipo de filmes es que suelen contar entre sus ingredientes con elevadas dosis de violencia, en no pocas ocasiones expuesta de forma muy convincente. No soy fan del asunto de la violencia. Se te quedan esas escenas en la cabeza y luego te pones a comer churrasco y te pasan factura. Y el vino tinto no ayuda tampoco. Para cuando estás con los chupitos te preguntas para qué carallo habrás visto esa película.
Sería interesante, por satisfacer la curiosidad más que nada, saber qué es lo que opinan los psicópatas reales de las películas sobre psicópatas. Se estima entre un 2% y un 3% el porcentaje de lo que se podrían denominar "psicópatas puros" y entre un 1% y 12% el de "psicópatas integrados".
Estos últimos no cometen actos criminales, pasan inadvertidos en la sociedad y lo normal es que vivan toda su existencia sin ser diagnosticados. Eso sí, si usted está un día sentado en un cine contemplando una película sobre psicópatas y al lado tiene a alguien que parece estar pasándoselo muy bien o incluso haciendo comentarios de regocije, desconfíe.