Noel Queipo
Carencias y ausencias en Los Goya
Cada año peor. Así se podría resumir la evolución de la gala de los Goya de un tiempo a esta parte. No creo que sea fácil hacer de una entrega de premios un programa 100% entretenido, lo reconozco. Pero creo que podría sacársele más partido. Sobre todo porque podría jugarse con un aliciente: la posibilidad de convertir la gala en publicidad del propio cine español, como gancho para captar público ya que, al fin y al cabo, es una de las cosas que más necesita el sector para consolidarse como industria.
Existen grandísimos profesionales en nuestro cine (y televisión), lo vemos día a día por eso me parece tan increíble que la gala resulte siempre tan repetitiva, sosa, lenta y aburrida. Por supuesto que es una entrega de "cabezones" y que hay que darle cancha a los premiados y a sus agradecimientos y esto puede hacerse cansino; sin embargo, lo raro es que sean éstos mismos los momentos de mayor ritmo y mayor "espectáculo" del programa. ¿Qué pasa con el guion? ¿Qué pasa con la parte ficcionada? Chistes sin gracia, números musicales penosos Hasta los propios asistentes de la gala se aburren, nos lo demuestra el realizador pinchando caras a punto de bostezar, gente aplaudiendo sin ganas o con contra planos a los chistes de un público que no se ríe Algo falla, algo que debería cambiarse de raíz.
Como contrapunto diré que (en general) me gustaron mucho las participaciones de los premiados, "chapeau" por ellos con sus historias, sus agradecimientos y sus mensajes. Y también por el hecho de reivindicar los temas sociales, no sólo la situación del propio cine que fue lo más acusado de la noche si no también la crisis, el aborto, los desahucios, el paro etc. La insostenible situación reclama los gritos de los ciudadanos y por tanto creo que es normal quejarse de que nos pisotean por todos los lados.
Y en lo referente a la situación del propio cine, la ausencia del "amigo" José Ignacio lo dice todo, excusas malas que se acaban desmontando para no asistir a un evento tan importante dentro de la agenda cultural de nuestro país demuestra la importancia que el susodicho ofrece a la cultura en general y al sector del cine en particular. Qué penita.
Volviendo a la gala salvaría algunas actuaciones como la de ODogherty (también en el aspecto reivindicativo), o la de los siempre "coñeros" chicos de Muchachada Nui: hicieron reír que es a lo que se dedican y lo que mejor saben hacer, con guiños, giros y verdadero humor. Eso es lo que no entiendo del resto de Los Goya, que los profesionales guionicen y realicen una gala divertida y entretenida cómo seguro saben hacerlo y que salgan de las convenciones establecidas y de las copias baratas a otras entregas de premios. Tenemos ideas propias, estilos personales y nuestro carisma, por lo tanto podemos perfectamente demostrarlo.
Y para acabar una última crítica negativa al propio sector de algo que se ve fielmente reflejado en la gala. El sector del cine es tan cerrado en sí mismo que se olvida de los que todavía no tienen un nombre reconocido, es elitista y apenas se dan oportunidades para que entren los nuevos talentos. De hecho la gala de los Goya es un claro ejemplo: los nominados se repiten año tras año y muy pocas veces vemos caras nuevas. Que existe muy buen cine español no cabe duda, pero no sólo el que conocemos o el que vemos, no sólo el que llega a nuestros ojos y nuestros oídos. Hay más cine de calidad ahí fuera: películas que no llegan a las salas, proyectos que no llegan a ser películas Buenas ideas sobran, lo que hace falta son oportunidades.
"La esencia del cine se define por dos conceptos: una pantalla, y una gente que la disfruta. Sin público esto no tiene sentido. No podemos olvidar eso jamás" Alex de la Iglesia.