Polémica en el San Benito de Invierno por el adelanto de la procesión sin previo aviso
Por Mónica Patxot & María José Pita
"Esto con Don Crisanto no pasaba", exclamaba una vecina de Lérez cuando le comunicaban que "la procesión ya había acabado". Eran las 12:30 horas de este jueves 21 de marzo, día de la celebración de San Benito de Invierno, cuando la indignación crecía entre las decenas de personas que se congregaban a las puertas de la iglesia del Monasterio de San Benito de Lérez a la espera de la tradicional procesión al término de la misa de las 12:00 horas.
Una voluntaria que forma parte de la organización del evento confirmaba a PontevedraViva que "ya el año pasado, Don Pablo celebró la procesión antes de la misa de las doce". Pese a ser el segundo año, este cambio realizado por Pablo Carou, párroco de Lérez desde el fallecimiento de Crisanto Rial, ha cogido desprevenidos a los devotos de San Benito.
Una vecina de Lérez de nombre María José comenta que en la celebración del pasado año no se acercó hasta San Benito porque hacía mal tiempo. Por ello no se enteró de este cambio. Este año, con un sol radiante y temperatura máxima prevista de 29 grados, acudió a la iglesia calculando el horario para coincidir con la procesión. Se mostraba algo contrariada, pero restándole importancia al caso. "Yo soy más del San Benito de verano, al de invierno solo vengo si hace buen tiempo, como hoy, ya veré la procesión en verano".
La principal razón del malestar de los devotos de San Benito es que en el panel informativo a las puertas del templo sí estaba anunciada la procesión a continuación de la misa de las 12:00, con unas sospechosas tachaduras en la parte del texto que indicaba que, al contrario, la procesión sí precedería a la misa. Este cartel estaba dentro de una vitrina cerrada.
Ajeno a esta polémica, en el interior de la iglesia, el párroco oficiaba la misa ante los fieles que abarrotaban el templo. Mientras, en un lateral, personas devotas de San Benito, llamado "el santo más milagrero", cumplían con el ritual de pasar agachadas por debajo de la imagen.
Otro grupo de fieles se repartía a la entrada de la iglesia, en el puesto habilitado para adquirir, a cambio de una limosna, una estampa santificada por dos personas de la organización que la pasaban por la túnica del santo.
En un edifcio anexo, otro equipo de voluntarios, formado por Dora, Olga, Josefa y Luis se encargaba de la venta de velones, aceite milagroso, estampas, medallas, pulseras o pequeños rosarios metidos en un frasco. "Siempre le pido: San Benitiño, San Benitiño, encuéntrame un sitiño", manifestaba Jésica, vecina de Pontevedra, mientras compraba uno de estos pequeños rosarios para llevar en el coche, al tiempo que aseguraba que "de esta manera, siempre aparco". También adquiría su bote de aceite a un euro para ayudar a eliminar las verrugas y manchas de la piel, según asegura la tradición.
Desde la parroquia de Lérez, Mari Carmen se acercaba al Monasterio para comprar dos botes de aceite, uno se quedará en casa y el otro será para una prima de Lugo que se lo ha encargado. Todos los años es fiel a la tradición, desde que siendo una niña acompañase a sus abuelos.
Además de dinero, muchos fieles hacen donaciones de alimentos, en su mayoría huevos, con destino a Cáritas, y botellas de aceite. Este aceite será el que forme parte de los botes que se venderán en la próxima festividad de San Benito, el 11 de julio. A partir de la pandemia de la covid, no se permite que los fieles se acerquen a la iglesia con sus propios frascos rellenables.
Incluso hubo quien ofreció un vistoso gallo. Desde la organización desconocían cuál sería el destino final del ave. "Es un kirico, la carne es muy dura, no sé qué harán con él, eso sí, para caldo está riquísimo", comentaban entre el equipo de voluntarias.
El buen tiempo favoreció la asistencia de un gran número de personas. Con todo, al ser un día laborable, la afluencia siempre es menor que en la festividad de verano. En el puesto Rosquillas Mari e Hijas, procedente de Lantaño, observan que cada año hay menos fieles y los que vienen son de una media de edad alta. Venden tanto dulces como cera, "mucho cirio, cuerpo entero y alguna pierna también". Mari lamenta que "las ventas están siendo flojitas" y lo achaca a la situación económica. "Si antes te llevaban dos ahora te llevan solo una o ninguna, preguntan más cuánto subió, se nota que la gente mira mucho el dinero".
A las 8 de la mañana arrancaba la serie de diez misas que a lo largo de la jornada se celebraron en honor de San Benito, la última estaba fijada para las 20:00 horas.
Relacionadas:
-
San Benito de Lérez agota las botellas del aceite milagroso ante la demanda de miles de devotos
Por Cristina Saiz & Anxo Lourido |
-
El nuevo cura de Lérez niega la comunión a una devota en un funeral y causa un cisma en la parroquia
Por Anxo Lourido |
-
San Benitiño de invierno es solo para los más devotos
Por Mónica Patxot & Anxo Lourido |