Un taxista acusado de llevar 'camellos' a O Vao alega que "todos llevamos toxicómanos"
Por Natalia Puga
"Cada cinco minutos" un taxista de Pontevedra o Poio "lleva a un toxicómano a O Vao" para adquirir sustancias estupefacientes.
Así lo sostuvo ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Pontevedra el taxista David H.M., sentado en el banquillo de los acusados por supuestamente transportar a presuntos 'camellos' hasta el poblado chabolista para adquirir droga que más tarde vendían en su domicilio de la calle San Antoniño.
David H.M. utilizó este argumento para defenderse de la acusación de la Fiscalía, que pide una condena de cinco años de prisión como presunto autor de un delito contra la salud pública. "Todos llevamos toxicómanos", alegó, una afirmación que contradijo un agente de la Policía Nacional que investigó el operativo en el que fue detenido. "Muchos taxistas se niegan", aseguró.
David H.M. negó las acusaciones que pesan sobre él y también cualquier actividad de venta de estupefacientes, señaló que él se negaba a recoger a uno de los detenidos, ahora fallecido, una media de más de dos veces a la semana en su casa de San Antoniño para llevarle a O Vao. También le llevaba a otros destinos.
El otro acusado que se sentó en el banquillo (con la misma acusación y petición de condena), Joaquín C.S., es uno de los presuntos 'camellos' que usaría esta droga recogida en O Vao para venderla en San Antoniño y también en el local 'Viva María' en Santa Clara. Su compañero de piso sería la persona que más acudiese a O Vao con David H.M. como taxista de cabecera.
Desde un edificio de San Antoniño vendían droga tirándola por la ventana a los clientes
Joaquín C.S. aseguró que él no vivia en la casa de San Antoniño en la que tanto el presidente de la comunidad de vecinos como las investigaciones policiales le sitúan como morador, sino que simplemente iba allí a comprar droga al fallecido y, en ocasiones, se quedaba a dormir en el sofá. También desmiente que realizase operaciones de venta de droga.
Ambos fueron detenidos tras varias semanas de vigilancias de la Policía Nacional, que revelaron que vendían droga en ese piso de San Antoniño a "un importante número de toxicómanos". El método más habitual para las transaciones era "tirar la droga por la ventana" a sus clientes. Un agente aseguró haber visto cómo Joaquín C.S. "un día tiró droga".
La comunidad de vecinos del edificio denunció ante la Subdelegación del Gobierno que desde la casa en la que vivían Joaquín C.S., el fallecido y otras dos personas se vendía droga. En el juicio, su presidente confirmó la denuncia y que "había una venta de estupefacientes importante y un flujo impresionante de gente".