Acepta cinco años y medio de prisión por asaltar una casa de madrugada y amenazar de muerte a sus dueños
Por Natalia Puga
El 13 de mayo del año 2010 M.A.R. y su esposa estaban durmiendo de madrugada cuando, de repente, dos personas entraron a la fuerza en su casa, se presentaron en su dormitorio y les amenazaron con una pistola y un bate de béisbol. Transcurridos cuatro años, uno de los dos supuestos asaltantes acaba de conformarse con una condena de cinco años y seis meses de prisión, pero el otro sigue sin poder ser identificado y el matrimonio no considera que la pena sea suficiente para resarcirles de lo sucedido: "Paréceme pouco. E aparte falta o outro".
Este matrimonio de Porriño acudió este martes a la Audiencia Provincial de Pontevedra donde uno de sus presuntos asaltantes sería juzgado en la Sección Cuarta. Finalmente, el juicio no se llegó a celebrar al alcanzar el procesado un acuerdo de conformidad con el fiscal.
La Fiscalía pedía inicialmente para el acusado 18 años de prisión, pero acabará condenado a un año y seis meses de prisión por un robo con violencia o intimidación en casa habitada; dos años, seis meses y un día por homicidio en grado de tentativa; y un año y seis meses por lesiones con instrumento peligroso. Tres delitos en los que tuvo un cómplice que no logró ser identificado.
La víctima: "Métome na cama e aínda parece que os vexo alí diante"
El matrimonio no pudo declarar durante el juicio, pero sí valoró el resultado del procedimiento a la salida de la Audiencia. "Yo lo superé un poco, pero ella, nada", valoró M.A.R., que prefiere mantener el anonimato y proteger, sobre todo, a su mujer. Ella sigue emocionándose tan sólo con recordar los hechos de aquella madrugada de hace cuatro años y cómo, de repente, se despertaron con dos personas en su dormitorio apuntándoles con una pistola.
"Métome na cama e aínda parece que os vexo alí diante", relata la mujer. Su marido se muestra más sereno, pero recuerda la amenaza de muerte de los asaltantes como si hubiese ocurrido tan sólo unos días atrás.
Tras entrar en el dormitorio y amenazar al matrimonio, el ahora condenado golpeó con un bate de béisbol al hombre, mientras que su compañero golpeó a la mujer y le puso una pistola en la cabeza. M.A.R. consiguió hacerse con el bate para defenderse ayudado por su mujer, momento en el que el ladrón no identificado disparó el arma, aunque no le dio a nadie.