Un vilagarciano, su pareja y su madre, juzgados por blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico
Por Oskar Viéitez
Carlos Daniel P., un hombre condenado en varias ocasiones por delitos contra la salud pública, su madre y su compañera sentimental Sonia G. se sentaron este martes en el banquillo de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra acusados de un delito continuado de blanqueo de capitales derivados del tráfico de drogas.
El Ministerio fiscal sostiene que las dos mujeres, con pleno conocimiento del origen de los fondos con los que realizaban negocios con la finalidad de ocultar su origen ilícito, consintieron en aparentar ser titulares de diferentes bienes muebles, inmuebles e inversiones diversas, cuyo auténtico titular era el acusado.
El fiscal Pablo Varela pide para él cinco años y seis meses de prisión y multa de 1.200.000 euros, para su compañera sentimental cinco años de prisión y multa de 400.000 euros, y para la madre, cinco años de prisión y multa de 800.000 euros.
Carlos Daniel y Sonia fueron detenidos en Vilagarcía en la operación Manzano, llevada a cabo por la Agencia Tributaria en colaboración con la Fiscalía de Pontevedra, al observar el tren de vida que disfrutaba el principal acusado, con antecedentes por narcotráfico.
Entre otros bienes la Fiscalía preguntó por la procedencia de un chalé de piedra con piscina y un ático en el centro de la ciudad, así como numerosos vehículos y dinero depositado en varias cuentas bancarias.
Carlos Daniel afirmó que sus bienes proceden de su trabajo desde los 17 años de edad, en bares, empresas de la construcción, en el puerto de Marín, como comisionista en la venta de coches, incluso tuvo con su exmujer una tienda en Vilagarcía. Como denominador común realizó todas estas actividades sin contrato de ningún tipo ni justificación ante Hacienda. Además justificó algunos ingresos como provenientes de herencias familiares.
El acusado aseguró que no obtuvo ninguna ganancia del tráfico de droga. Igualmente su compañera sentimental indicó que su patrimonio es fruto de su trabajo y de la herencia de sus abuelos.