San Patricio, un festival con buena "pinta"
Deporte, cultura, gastronomía y cerveza se dan cita desde este miércoles en la Plaza de España con el Festival Galaico Irlandés de San Patricio. El Mareantes Rugby Club, organizador de este evento que ya va por su quinta edición, presenta este festival en el que la cultura irlandesa y gallega se unen con el fin de recaudar fondo para el club.
El ambiente festivo, desde el inicio, reina entre los asistentes que beben, comen y charlan animadamente en mesas que se comparten entre conocidos y extraños. No es raro que esos desconocidos que comparten mesa acaben charlando sobre la música, sobre Galicia o en general de todo un poco, porque de momentos como estos pueden nacer las mejores amistades.
La organización del evento es posible gracias a los miembros femeninos y masculinos de los equipos senior del club, chicos y chicas que lo dan todo porque la fiesta quede en el recuerdo, incluso para ellos. Siempre responden con una sonrisa a cualquier duda que los asistentes tengan sobre los sorteos o sobre qué cerveza probar en la siguiente ronda.
Los voluntarios en los cinco días que dura el festival se dedican a estar en la cocina, en la barra sirviendo, recogiendo vasos y platos de las mesas o recorriendo la carpa por si alguno de los asistentes olvida algunas de las escasas normas que existen, como fumar solo en el exterior o no sacar los vasos fuera de la carpa. Estos jóvenes van de un lado para otro manteniendo la carpa siempre impecable. En el tiempo de ir y volver a buscar un nuevo refrigerio la mesa de los asistentes se muestra limpia y preparada de nuevo.
Eloy Díaz, presidente del club, supervisa que todo marche bien bajo la carpa mientras degusta una cerveza y comenta que la jornada comienza con "un pouquiño de dificultade, xa que ao ser todos voluntarios ninguén está afeito a traballar nestas cousas, é algo que se fai unha vez ao ano e dura cinco días e custa un pouquiño arrancar". Tras unas horas acostumbrándose al trabajo todos saben qué hacer, y sino siempre esta Pablo, un agitado coordinador galardonado con una insignia verde en el pecho para que todos reconozcan quién es el que manda. ÿl se encarga de decirles a todos dónde deben estar y qué deben hacer.
El inicio de esta celebración comienza con calma, "foi mais que nada abrir e que a xente soubese que estabamos aquí", comenta Eloy Díaz. En la tarde es cuando realmente comienza el movimiento en el recinto, la actuación de la Asociación Cultural Trépia anima el ambiente con sus voces, pandeiros cuadrados, panderetas y gaitas, pero sobre todo con el "buen rollo" que desprenden los miembros de este grupo. Esta simpatía no es solo en apariencia. En cuanto se bajan del escenario son uno más en la fiesta y se unen a las conversaciones y corrillos que se forman dentro y fuera de la carpa.
Las gente que asiste a esta celebración baila muñeiras y toca las palmas con las canciones de la agrupación. El cocinero invitado de esta edición, el prestigioso Pepe Solla, aprovecha para echarse la gaita al hombro en unas cuantas canciones. La buena temperatura anima a dejar las chaquetas colgadas en el brazo y a beber alguna cerveza más de las planeadas. Los estudiantes Erasmus se interesan por esta "hermandad" que existe entre Galicia e Irlanda. Y así algunos se arrancan a narrar las muchas semejanzas que existen entre ambas culturas, hermanadas bajo esta carpa hasta el domingo 22.
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