El mechero es la clave del juicio por el asalto a un bodeguero de Vilanova al que quemaron los testículos
Por Mónica Patxot & Oskar Viéitez
Este jueves arrancó en la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra el juicio contra Javier Evaristo Pose, presunto autor de un robo con violencia y lesiones con deformidad al bodeguero de Vilanova de Arousa, Luciano Núñez, al que atacó en su casa.
Los restos del ADN encontrados por la Guardia Civil en un mechero hallado en el domicilio de la víctima incriminan al acusado, por lo que esta prueba se ha constituido como clave en este juicio. Por este motivo la abogada que ejerce la defensa Javier Evaristo ha pedido la nulidad de esta prueba ya que su cliente no reconoce los hechos por los que está acusado.
El fiscal pide que sea condenado a catorce años de prisión.
Javier Evaristo, de 44 años, vecino de Vilagarcía de Arousa y con un amplio historial delictivo, declaró ante el tribunal que no conocía a Luciano, y cuando le preguntaron si era suyo el mechero respondió "sí, puede ser".
Por su parte el bodeguero relató muy afectado que aquella madrugada de diciembre de 2012 entraron en su casa de Tremoedo, le despertaron y le maniataron con bridas y cinta americana, golpeándole hasta que perdió el conocimiento.
Durante la paliza llegaron a encender la luz de la habitación por lo que pudo ver que sus agresores llevaban guantes, ropa oscura y pasamontañas para cubrir sus rostros.
Luciano Núñez llegó a pedir a sus agresores que le quitasen la vida "claro que pedín que me matasen, quería que se rematase todo dunha vez", declaró a los medios de comunicación a la salida de la Audiencia.
Pero la paliza no acabó ahí, posteriormente le rociaron los testículos con un líquido inflamable y le prendieron fuego, "vin unha explosión moi grande, coma se fose a bomba de Hiroshima", dijo ante el Tribunal. El dolor de las quemaduras provocó que se desvaneciese de nuevo. A la víctima le han quedado múltiples secuelas físicas y psíquicas, como un estrés postraumático.
La letrada de la defensa no dejó pasar por alto que la víctima en la década de los 90 estuvo vinculado al clan de narcotraficantes de los Charlín, llegando a cumplir pena de prisión, lo que inicialmente hizo creer a los investigadores que el hecho había sido un ajuste de cuentas, sin embargo, éste lo negó.
"Non hai axuste de contas, eu non estou metido no narcotráfico", ha insistido después ante los periodistas.
"Tiven as miñas cousas no seu momento e punto. Fun condenado por hachis, xusta ou inxustamente porque non vou debater iso, porque houbo un chivatazo e non houbo máis probas", señaló Luciano Núñez añadiendo que "o chivato na actualidade di que foi mentira, que foi empurrado pola Policía, o Xuíz e o Fiscal e sucesivamente", aseguró.
La vista continuó con el testimonio de los Guardias Civiles del Grupo de Violencia contra las Personas y del Equipo de Policía Judicial de Cambados que participaron en la investigación. Éstos detallaron como se encontró el mechero tirado debajo de la cama y que nadie en la vivienda reconoció como suyo el encendedor, ya que, "ni siqueira había fumadores entre los moradores de la casa".
Los agentes también reconocieron que, "en un primer momento" se barajó la hipótesis de un ajuste de cuentas "por los antecedentes de la víctima y las circunstancias en las que se produjo el asalto".
La Guardia Civil sostiene que los asaltantes entraron en la casa con una llave "que habían conseguido por medios ilícitos".
La falta de varios testigos impidió que este jueves se pudiese concluir la vista oral por lo que el juicio fue suspendido hasta el próximo jueves 14, a la espera de que comparezcan todas las personas citadas a declarar.