Una marinense condenada a tres años de prisión por tráfico de drogas
Por Oskar Viéitez & Mónica Patxot
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial ha condenado a tres años de prisión a una vecina de Marín por un delito de tráfico de droga.
La acusada C. M. G. D., de unos 27 años de edad, pactó con la fiscal una rebaja en la condena a cambio de una rebaja en la petición de penas. Así, el Ministerio Público pedía inicialmente siete años y medio de prisión y multa de 180.000 euros.
En virtud de este acuerdo se ha dictado una sentencia firme condenando a esta mujer a tres años de prisión y el pago de una multa de 35.000 euros.
Entre otras circunstancias la Fiscalía eliminó la agravante de sustancias de notoria gravedad al comprobar la escasa pureza de los 400 gramos de heroína que transportaba y que estaban destinados a la venta.
Si la acusada no paga la multa verá su condena de prisión ampliada en tres meses más.
Los hechos tuvieron lugar el 14 de agosto del pasado año cuando esta mujer fue sorprendida por la Guardia Civil cuando transportaba droga en su Ford Focus cuando circulaba por la carretera entre Vilagarcía y Pontevedra, concretamente le dieron el alto en la parroquia de Curro, en el municipio de Barro.
La droga habría alcanzado un valor en el mercado ilícito de 54.800 euros.
TRAPICHEO EN O GROVE
Simultáneamente en la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra se resolvió mediante otro acuerdo de conformidad el juicio contra M.O.C., una mujer a la que el 25 de noviembre de año 2014 unos agentes de la Guardia Civil, en una actuación en la Plaza de O Corgo de O Grove, la interceptaron cuando llevaba en el bolso de mano una bolsa de plástico precintada con cinta de pegar con una sustancia blanca que resultó ser 10,262 gramos de cocaína, con una riqueza del 3,1%.
En el bolso de mano, la imputada portaba entre ocho y diez trocitos plásticos, convenientemente recortados, de los que se usan para embolsar pequeñas dosis de cocaína, con la finalidad de destinarla al mercado ilícito.
Las muestras tomadas a la acusada y la prueba pericial practicada han acreditado que esta mujer es consumidora crónica, por lo que cometió los hechos a causa de su grave adicción a estas sustancias.
Esta circunstancia fue tenida en cuenta por la fiscal como una atenuante muy cualificada, por lo que, tras la confesión de los hechos por parte de la acusada, pactó una condena de un año, seis meses y un día. Además deberá abonar una multa de 90 euros con una responsabilidad de dos días de privación de libertad en caso de impago.
La fiscal no se opone a la suspensión de la condena, aunque la condiciona a que esta mujer siga un tratamiento de rehabilitación.