¿Mintió un condenado por abusar de un menor en el juicio contra su presunto cómplice?
Por Natalia Puga
El fiscal y la acusación particular que esta semana han sentado en el banquillo a un vecino de Ponte Caldelas por un delito continuado de abuso sexual a un menor han mantenido su acusación al término del juicio y piden que sea condenado a 11 años y cuatro meses de prisión. Tras dos sesiones de vista oral, consideran que hay pruebas suficientes para condenarle e incluso elevan su petición de condena al pasar de 10 a 20 años el tiempo que debe estar en vigor una orden de alejamiento de su víctima, un chico que entonces tenía menos de 13 años y ahora acaba de cumplir los 18.
Los hechos ocurrieron entre mediados del año 2010 y septiembre del año 2011. Una sentencia ya dictada en 2012 concluyó que Aniceto García abusó del menor con tocamientos, besos e incluso sexo oral y le condenó a seis años de prisión por un delito de abusos sexuales a menores. En ese juicio salió a la luz la existencia de un segundo autor de los abusos, Jesús, que participaba presuntamente en encuentros sexuales conjuntos con Aniceto y el menor.
Durante el juicio de esta semana, que se celebró a puerta cerrada en la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra, declararon Jesús como acusado y Aniceto como testigo -pues él ya ha sido condenado- y ambos defendieron la inocencia de Jesús. Aniceto confesó en su juicio de 2012 que él sí abusó del menor durante un período de tiempo largo, pero esta semana ante el tribunal de la Audiencia incluso intentó quitarle hierro al asunto y apuntar que había ocurrido pocas veces.
Tras la declaración de Aniceto como testigo, el fiscal del caso ha pedido al tribunal que se deduzca testimonio y se le investige por falso testimonio. El abogado de la acusación particular, Andrés Malvar, se unió a esta petición y, al término del juicio aseguró que "al fiscal le pareció que estaba mintiendo, a nosotros también".
Según los pocos datos que han trascendido del juicio, este jueves comparecieron especialistas que examinaron al menor. Una testigo perito que le trató ratificó en sus informes que le daba credibilidad a la acusación del chico mientras que otros especialistas de la Universidad de Santiago de Compostela señalaron que no había pruebas suficientes para darle esa fiabilidad. Al respecto, cabe reseñar que esos especialistas tampoco habían considerado creíble su testimonio en el primer juicio por estos hechos y, sin embargo, el acusado confesó que era cierto.
El abogado de la familia del menor se declara optimista con el resultado del juicio porque considera que el testimonio de la víctima fue "coherente" y describió sin dudas lo que había pasado y, además, considera que hay "datos periféricos" que sustentan su credibilidad. Entre otros aspectos, señala que el menor contó que los abusos habían sido en la casa del acusado, describió esa vivienda e hizo un croquis que se comprobó que era cierto y también sabía los hábitos de vida del acusado y del ya condenado, datos que no se ha podido demostrar que supiese de otra forma que no fuese por esa 'relación' de índole sexual. Además, insiste en las "múltiples contradicciones" del acusado y de otros testigos de la defensa.
La defensa del procesado pide la libre absolución, pero el fiscal y el abogado de la acusación piden su condena y, además de la prisión y la orden de alejamiento posterior, solicitan al tribunal que le imponga una medida de cinco años de libertad vigilada, la prohibición de desempeñar actividades que impliquen trato o relación con menores de edad y la obligación de participar en programas de educación sexual.