Dejan a dos chicas sin viaje de estudios por ser marroquí y colombiana
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Esta última semana debería haber sido inolvidable para 31 alumnos del instituto A Xunqueira II de Pontevedra que, después de meses organizándolo, se irían cinco días a Londres como viaje de estudios. Finalmente la recordarán siempre, pero por ser la semana en la que una compañía aérea truncó los planes del grupo, dejó a dos de ellas en tierra y al resto, con sensación de impotencia. Su etapa de Bachillerato ya no volverá y saben que ya no tendrán oportunidad de volver a hacer un viaje todos juntos. Sin olvidar la sensación de rabia por haber sido víctimas de lo que consideran una "discrimación" por razón de nacionalidad. Las dos estudiantes que no pudieron volar son de origen marroquí y colombiano y tenían toda la documentación necesaria en regla.
No pudieron volar por su nacionalidad. De eso no tienen duda los tres profesores que acompañaban al grupo en el viaje, Xesús Constenla, María Jesús Castro y Ángeles Fernández, y que este viernes contaron los pormenores de lo ocurrido y las acciones que ya han emprendido. Tal y como les han trasladado las policías británica y portuguesa -los dos países entre los que era el vuelo- y la embajada británica en España, "los papeles estaban todos en regla" y tenían que haber podido volar.
No pudieron hacerlo porque no les dejó el personal de Ryanair cuando llegaron a Porto (Portugal) para embarcar, pero toda la información que habían recabado antes y la que han podido reunir después les respalda, pues las dos alumnas, ambas de 18 años y alumnas de segundo curso de bachillerato, tienen permiso de residencia en España, pasaporte en regla y estaban incluidas en una lista de viaje certificada por la Dirección del centro. Todos esos documentos les servían para viajar sin necesidad de un visado, en especial este último de estar consideradas un grupo de estudios, tal y como recoge un dictamen del Consejo de Europa del año 1994.
Eran las 4.30 horas de la madrugada del sábado 28, debían poner rumbo a Londres, pero en la aerolínea les exigían ese visado, de modo que sus 29 compañeros embarcaron, pero ellas dos se quedaron en tierra con una profesora que las acompañó de vuelta a Pontevedra y, luego, volvió a Portugal para coger un avión esa misma tarde, pues los otros dos profesores necesitaban ayuda en Inglaterra con un grupo tan numeroso. Incluso ese cambio de vuelo les generó malestar con Ryanair, pues pretendían cobrarle a mayores 140 euros.
Cuando se subieron al avión "todos los compañeros quedaron chafados" y durante sus cinco días en Londres nada fue igual sin sus compañeras, pero sin duda las que peor lo pasaron fueron las dos afectadas directas. Cuando el resto puso rumbo a Inglaterra ellas "no eran capaces de hablar, no eran capaces de tomar nada caliente, no podían hacer ni decir nada porque no entendían nada".
"Los papeles estaban todos en regla, todo estaba bajo control y simplemente porque se obcecó la persona del mostrador en que no viajaban y no quiso leer los documentos que llevaban se quedaron. Eso no tiene explicación", sostienen sus profesores, que aseguran que en el mostrador de Ryanair, "era como hablar con una pared, no querían ni leer los papeles.
Ese día, cuando que les impidieron subirse al avión en el aeropuerto de Porto, ya presentaron una reclamación ante la compañía aérea que les cortó el paso, Ryanair; el miércoles por la noche, cuando regresaron, formalizaron una denuncia ante la policía portuguesa; y este jueves, a su regreso a España, volvieron a denunciar a la aerolínea en su página web y a través de las redes sociales.
En sus reclamaciones les exigen que les devuelvan todo el dinero que habían pagado las dos alumnas por el viaje -450 euros por cabeza-, el coste del viaje a Pontevedra cuando no pudieron volar, el coste del nuevo vuelo de la profesora y una indemnización por los daños y perjuicios, pues, según sus profesores, "o máis doloroso foi o tratamento que nos deron". Confían en que tienen la razón y ganarán la reclamación, pero "ese dinero no compensa el sentirse marginadas y sin alguna explicación clara de por qué se quedaron en tierra".
Además, los profesores se han quedado con una lección grabada a fuego lento: "Eu aprendín unha cousa: nunca máis na miña vida faga unha viaxe de alumnos con Ryanair".