La industria farmacéutica todavía no ha cumplido su centenario, pero ya se ha convertido en la primera industria mundial en términos de beneficios. Con esta premisa de partida, y los conocimientos del sector con los que cuenta Germán Velásquez, economista y filósofo, se avanza una entrevista demoledora. Y así resulta.
El consumidor ha de saber que a día de hoy el primer objetivo de esta industria es obtener beneficios, luego tratar enfermedades; esto es, mantener al paciente consumiendo fármacos. Éstos son el 90% de los medicamentos que actualmente están en el mercado. Y finalmente intentar curar.
Un ejemplo muy gráfico de la realidad en que vivimos nos retrotrae al año 2012. En Estados Unidos se estaba recentando a menores de edad un fármaco para el trastorno del Síndrome de Déficit de Atención e Hiperactividad, autorizado únicamente para mayores de edad. Se llegó a recetar a dos millones de adolescentes con el resultado de varios casos de suicidio. La farmaceútica británica GlaxoSmithKline había previsto esta contingencia y por ello había realizado una reserva de 15 mil millones de dólares ante lo que pudiera ocurrir.
Lo que ocurrió es que tras tres años de litigio se le condenó al pago de 3 mil millones de dólares. Al día siguiente de dicho pago, subieron las acciones de la farmacéutica en la bolsa de Nueva York; y otro dato, durante esos tres años, pese a que se evidenció que el medicamento era peligroso y fraudulento se siguió vendiendo, lo que reportó 26 mil millones en ventas a GlaxoSmithKline.
La investigación está tutelada por las farmaceúticas, por lo que la esperanza a una solución farmacológica a enfermedades del siglo XXI sólo depende de la rentabilidad que pueda reportarles.
Velásquez reconoce por otra parte, que es tal la presión que ejercen sobre los Estados y organizaciones internacionales que no hay un país perteneciente a la Organización Mundial del Comercio que se atreva a retirar la patente de un medicamento pese a que tienen autoridad para hacerlo. Otro ejemplo contundente de esta situación lo relata en este Cara a cara de PontevedraViva Radio, sucedido recientemente en su país natal, Colombia.