La Xunta desiste, por ahora, de vender la antigua Cámara Agraria al no aceptar más rebajas en su precio
Por Alejandro Espiño
La antigua Cámara Agraria tendrá que esperar aún más tiempo para conocer su futuro. La Xunta de Galicia, propietaria del inmueble que ocupaba la entidad en el pazo situado en el número 18 de la Praza do Teucro, desiste de su venta. Así se refleja en el Diario Oficial de Galicia (DOG) de este martes. Lo hace tras quedar desierta la subasta celebrada hace apenas un mes en la Delegación territorial de la Xunta en Pontevedra.
Entonces, no se presentó ningún interesado en hacerse con una propiedad compuesta de semisótano, bajo y un piso de unos 496 metros cuadrados de superficie. El motivo, su precio de licitación: 850.350,41 euros. Y con una carga adicional, el contrato de alquiler con el restaurante que ocupa el bajo del inmueble se debía respetar hasta su finalización en junio de 2016.
En un principio, la Xunta de Galicia pretendía convocar una nueva subasta, que iba a celebrarse el próximo 8 de abril, para vender el pazo a un precio menor de salida, 722.797,85 euros, que podría llegar a 595.245,29 euros en una tercera licitación. Pero finalmente, la Consellería de Economía y Facenda ha optado por cancelarla y mantener la propiedad del edificio, esperando probablemente, a una mejor coyuntura económica que propicie su venta a buen precio.
Este edificio fue la sede de la Cámara Agraria de Pontevedra desde 1979, año en el que el inmueble, conocido como pazo de San Román, fue rehabilitado, hasta 2007. Fue entonces cuando la Xunta decidió liquidar estos entes provinciales. Tras su cierre, se barajaron diferentes usos, entre ellos, un archivo provincial sobre el movimiento agrario y ganadero. Pero finalmente optó por sacarla a subasta al igual que las demás sedes provinciales.
En esta resolución, firmada por Mª del Socorro Martín Hierro, secretaria xeral técnica e do Patrimonio da Consellería de Facenda, se ratifica la adjudicación de los dos locales del Paseo de Cervantes que se vendieron a sendos particulares en la misma subasta en la que se buscaba vender la Cámara Agraria, y se ordena volver a subastar el resto de bienes que pretendía enajenar, entre ellos un local comercial en Vilagarcía de Arousa.