Antes de ser la discoteca EQUUS, el solar de Benito Corbal era una fábrica de gaseosas. Una empresa que pertenecía a la familia de Manuel Jesús Santos quien se enamoró de una humilde empleada de Xeve, María Enilda Solla. La familia de Manuel no veía bien esa unión entre clases sociales dispares.
Pese a ello, él escribió una carta a su madre pidiendo su consentimiento para casarse porque Ilda tenía que ser la madre de sus hijos... Y tanto que lo fue, de sus ocho hijos. Esa carta la recuperó Ana Santos Solla, su tercera hija, para gran sorpresa de su padre cuando descubrieron que la abuela la había conservado toda su vida.
Es una de las historias vitales que atesora Ana, la profesora de Educación Física del instituto Valle Inclán. Mientras tantos y tantos pontevedreses vivieron las noches de la ciudad entre las paredes de EQUUS, ella y sus dos hermanos mayores "hacían ambiente" a primera hora y no fue hasta su vuelta de Madrid, donde se licenció en el INEF, cuando sus padres le dejaron ser una más en la discoteca.
Se casó y tuvo a su hijo Daniel. Trago duro para la pareja ya que con nueve meses hubo que realizarle un trasplante hepático, el primero que se hizo en Europa a edad tan temprana. Hoy el chico con 27 años, va para juez, cuenta su madre en esta Playlist de PontevedraViva Radio.
Fue profesora de aerobic, se doctoró en Actividad Física y Salud en la Universidad de Vigo. Chus Sanguos la devolvió al atletismo y como veterana atesora un buen número de medallas. Además de medallas, Ana Santos también suma kilómetros y kilómetros: los de los viajes que le encanta hacer y que ya tiene en ciernes para no perder el ritmo.
La combinación bilingüismo y deporte le ha llevado a poner al instituto Valle Inclán en el mapa europeo. Y suma y sigue, pero ese sigue ya lo contará en breve y seguiremos informando. Mientras tanto, disfruta de "una familia muy unida", de su pareja, de su trabajo, de sus amistades, sus viajes, sus proyectos profesionales y personales... de la vida; y se le nota.