Máxima discreción en la Audiencia para juzgar al acusado de abuso sexual a la sobrina de su pareja
Por Natalia Puga
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra extremó al máximo todas las medidas para garantizar la intimidad de una menor de edad que en el año 2016 presuntamente fue víctima de un delito de abuso sexual. En la sala se juzgaba a la pareja de su tía, supuesto autor de los abusos y acusado de los delitos de abuso y provocación sexual.
El juicio se celebró a puerta cerrada a petición de la Fiscalía, que justificó la medida en atención, entre otras cuestiones, a la edad de la víctima, que es menor y necesitó asistencia psicológica por lo ocurrido. Además, el representante del ministerio público había pedido que tanto la menor como su madre -que denunció los hechos- declarasen de forma que se evite la confrontación visual con el acusado.
Finalmente, la víctima declaró a través de videoconferencia, garantizando así que no se cruzase con el acusado.
El recelo con el que se celebró el juicio impidió a la prensa obtener datos, pero sí trascendió que tanto el fiscal como el resto de las partes mantuvieron sus conclusiones iniciales. En el caso de la Fiscalía, pide que el acusado sea condenado a tres años y dos meses de prisión, dos años y seis meses por el abuso y ocho meses por provocación sexual, además de la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la menor, su domicilio y su centro de estudios y de comunicarse con ella por cualquier medio durante tres años. También deberá indemnizarla con 3.000 euros por el daño moral causado.
La defensa del acusado pide su libre absolución, al entender que no están acreditados los delitos que se le atribuyen.
Los hechos que se sometieron a juicio se produjeron presuntamente el 10 de mayo de 2016 en el domicilio en el que el acusado convivía con su pareja sentimental. La presunta víctima es la sobrina de su pareja, a la que invitó a comer al domicilio.
Según la Fiscalía, el acusado estaba en una de las habitaciones de la casa y comenzó a tocarse los genitales al tiempo que se desnudaba a la vista de la menor. Tras vestirse de nuevo, se sentó encima de cama y empezó a jugar con la menor al caballito, sentándola encima de sus piernas.
El fiscal mantiene que el acusado actuó "con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales" y, cuando estaba jugando con la menor, tuvo una erección. A continuación, le dijo a la niña que no contara nada de lo que había pasado porque era secreto y le propuso ver juntos una revista pornográfica en la que le enseñó a personas que mantenían relaciones sexuales.