Condenados a penas menores dos trapicheros que actuaban en el barrio de Os Salgueiriños
Por Natalia Puga
La Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a penas de un año y diez meses y nueve meses de prisión a dos trapicheros acusados de dedicarse a la venta de cocaína y cannabis a pequeña escala en el barrio de Os Salgueiriños de la ciudad del Lérez, en las proximidades del colegio Sagrado Corazón.
Ambos se enfrentaban inicialmente a penas muy superiores, pero finalmente la Sección Cuarta de la Audiencia ha rebajado las condenas. La petición del fiscal era de siete años y medio de prisión y una multa de 231,36 euros para José B.T. y de cuatro años de prisión y el pago de una multa de 1.118,22 euros para Carlos C.C., ambos por un delito contra la salud pública. Finalmente, quedaron en nueve meses y multa de 752 euros para uno y un año y diez meses y multa de 150 euros para el otro.
La sentencia considera probado que la Policía Local de Pontevedra tuvo conocimiento de la existencia de un grupo de personas que veían dedicándose a la venta de sustancias estupefacientes en la barriada de Os Salgueiriños y se estableció un dispositivo de vigilancia que permitió acreditar diversas transacciones de droga.
En concreto, el tribunal considera probadas cinco transacciones con pequeñas cantidades de droga. En una se vendieron 0,858 y 0,95 gramos de resina de cannabis. En otra la cantidad fue de 0,478 gramos de la misma sustancia. Una tercera incluyó la venta de 0,8 gramos de cocaína valorados en 77,12 euros por 50.
La cuarta actividad constatada por el tribunal fue la entrega de 1,463 y 2,227 gramos de resina de cannabis y la quinta y última fue la de mayor envergadura y se considera que uno de los acusados vendió seis bellotas de resina de cannabis con un peso de 61,582 gramos y un valor en el mercado de 344,24 euros.
Ambos acusados sostuvieron su inocencia ante el tribunal de la Audiencia Provincial que les juzgó a finales de enero por dedicarse presuntamente a trapichear con hachís y cocaína en el barrio pontevedrés, en las inmediaciones del colegio y coincidiendo, en ocasiones, con las horas de entrada y salida de los escolares al centro educativo.
El punto de partida de esa vigilancia policial que ahora desemboca en condena fueron las "numerosas" denuncias de vecinos del barrio y de padres de alumnos del colegio por la intensa actividad de trapicheo en la zona.