Luis Emilio Batallán, en huelga de hambre contra los recortes en la sanidad y las políticas "austericidas" de Feijóo
Por Natalia Puga
Hace cuatro años, el famoso compositor y músico gallego Luis Emilio Batallán se vio forzado a dejar la profesión de médico que había ejercido durante décadas, abocado a la jubilación forzosa a raíz del decreto puesto en marcha en 2013 por la Consellería de Sanidad para impedir las prórrogas que hasta entonces permitían a los profesionales sanitarios mantenerse en activo hasta los 70 años. Ya por aquel entonces mostró su rechazo a la medida denunciando a la Xunta ante los tribunales, pero, cuatro años después, sigue esperando una resolución del Tribunal Supremo y ha decidido dar un paso adelante en sus críticas y comenzar una huelga de hambre.
Dar a conocer su situación particular es uno de los motivos que le ha llevado a dejar de comer de forma indefinida, pero ni mucho menos el principal. Los objetivos de su acción reivindicativa son "defender la dignidad de los profesionales de la sanidad médica que están trabajando en unas condiciones lamentables", "conseguir que se acabe con los recortes en la sanidad" y dar "una llamada de atención a la Xunta y al poder político de que esto no puede seguir así".
Tres retos que, a modo de resumen, une en una sola frase: "Estoy en huelga contra los recortes en la sanidad y contra el austericida presidente que tenemos en Galicia". Se trata de una reivindicación a la que ha llegado por "el cansancio y el cabreo ya con esta situación" y con la que pretende representar a todas las víctimas de los recortes, tanto entre la clase médica como en la población en general.
La protesta comenzó a mediodía de este lunes en la sede del Colegio de Médicos de Pontevedra, donde prevé continuar hasta que su llamada de atención tenga algún efecto. El archiconocido músico, autor de clásicos como 'Quen puidera namorala' y del que es el disco gallego más vendido hasta el momento -'Aí ven o maio'-, no se muestra dispuesto dar ningún paso atrás porque pretende que su acción se convierta en un gesto simbólico que ayude a cambiar las cosas.
Al igual que la activista negra Rosa Parks ayudó a prender la llama de la lucha contra el racismo en Estados Unidos al negarse a ceder un asiento a un hombre blanco en un autobús en Montgomery, Alabama, convirtiéndose en todo un símbolo de la defensa de los derechos civiles, Luis Emilio Batallán pretende ayudar a prender la chispa de la lucha contra los recortes de la Xunta de Galicia de Alberto Núñez Feijóo, que afectan a la sanidad, pero también a otros sectores como la educación.
"No soy persona de ir en manifestación, es un poco que estoy actuando como Rosa Parks, cuando se negó a levantarse del autobús y ahí empezó la batalla contra el racismo. Es una oposición mía individual como persona, como ser humano, que digo: 'esto se acabó, voy a protestar'. Después, el que me quiera seguir, que me siga", explica él mismo de forma gráfica a PontevedraViva en la puerta del Colegio de Médicos de la calle Echegaray.
Su lucha se centra en la política general de recortes de los gobiernos del PP y no duda en reconocer que "es una protesta política también, que no estoy de acuerdo con esta situación" y en poner nombre al responsable, Feijóo, de quien considera que "no es digno de presidir la Xunta de Galicia" y a quien define como "un burócrata austericida que está llevando a Galicia a una situación lamentable".
En su caso particular, ejercía de médico de familia en Moraña cuando le llegó la jubilación forzosa y llevó el caso tanto al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) como ahora al Tribunal Supremo. Se trata de una demanda presentada a título particular, pero que confía que sirve para defender los derechos colectivos, pues entiende que si él gana, se anulará el decreto que terminó con las prórrogas de las jubilaciones, que calcula que afectó a entre 700 y 1.000 facultativos gallegos, según cálculos del Consello Galego de Contas y del Colegio de Médicos de Pontevedra.
Ese decreto supuso que "nos mandaron para casa sin ningún motivo, solo con un motivo económico" y él confía en su anulación, basándose, entre otras cuestiones, en que el Supremo ya anuló normativas similares aprobadas por gobiernos del PP en Aragón o Valencia. Se trató de una "operación austericida por recortes" que buscaba "ahorrar costes", pues, en su caso, por ejemplo, le el médico que pasó a sustituirle "cobraba la mitad que yo y sin ser por oposición".
Con esta demanda considera que, en caso de ganarla, beneficiaría a todos los profesionales afectados y colegios de médicos, pero también es muy crítico con el papel desempeñado por las entidades colegiales y por los sindicatos, pues considera que tenían que haber defendido en su momento las reivindicaciones de los profesionales y, sin embargo, "han escondido la cabeza debajo de la Xunta de Galicia y debajo de Feijóo".
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