El asistente eclesiástico de los Miguelianos atribuye al líder actitudes más propias del demonio que de Dios
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Isaac de Vega, actual capellán del centro penitenciario de A Lama y durante seis años asistente eclesiástico de la asociación pública de fieles Orden y Mandato de San Miguel Arcángel -los conocidos como los Miguelianos- declaró este miércoles deurante cinco horas en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Pontevedra y quiso desvincular la naturaleza de las actividades de esta organización de las propias de la Iglesia católica.
El sacerdote tardó mucho tiempo en ver comportamientos que considera extraños en Orden y Mandato, pero este miércoles aseguró en la sala de vistas que, a día de hoy, tiene "claro" que las particularidades y actitudes del fundador y líder del colectivo, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, "serían de naturaleza preternatural" o, lo que es lo mismo, más propias del demonio que de Dios. A preguntas del fiscal del caso indicó que tenía comportamientos "de la naturaleza del diablo".
Este sacerdote desgranó su paso por Orden y Mandato, a donde llegó en el año 2006 e indicó que era habitual que fuese a la denominada 'casa madre' de Mougás, en Santa María de Oia, y que allí detectaban "una sumisión, una obediencia, una entrega que llamaban la atención". En este momento él lo veía "como algo positivo" porque suponía que los integrantes de la asociación le hacían caso, obedecían y conseguían organizar actos que parecían imposibles. A día de hoy él interpreta que hacían este tipo de buenas obras para "captar" adeptos y para lograr "enganchar a mucha gente"
"Yo creo que nunca vi cosa igual", indicó al respecto durante su décimo séptima sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial con siete acusados, siendo el principal Feliciano Miguel Rosendo, para quien la Fiscalía pide 66 años de prisión por un delito de asociación ilícita, doce contra la integridad moral, cinco de coacciones y tres contra la libertad sexual. Para los otros seis piden dos años por un delito de asociación ilícita.
El asistente eclesiástico relató durante cinco horas cómo era el funcionamiento de Orden y Mandato tanto basándose en su propia experiencia como en base al relato de actuales y antiguos adeptos e indicó que le relataron que hacían "rituales más propios de santería" y que él mismo presenció cómo Feliciano Miguel sometía a los integrantes de la asociación con continuas humillaciones e insultos.
Según relató, él no sospechó que se cometiesen irregularidades en el seno de Orden y Mandato hasta el año 2012, cuando Esteban Riobó y Sandra Lima dejaron la asociación y le relataron episodios de abusos y agresiones sexuales en el seno del colectivo. En cuanto tuvo conocimiento, se lo trasladó al Obispado y también su intención de dejar de ser su asistente ecléstico, sin embargo, finalmente tardó todavía nueve meses más en irse porque el obispo le pidió que continuase para conocer desde dentro lo que estaba pasando.
Finalmente, Isaac de Vega dejó Orden y Mandato en septiembre de 2013 tras un grave enfrentamiento con dos de las consagradas y acusadas en este juicio. En ese episodio, según su relato, él le dijo: "tú no eres monja ni madre ni nada", en alusión a que había una serie de mujeres que ejercían de consagradas de esta organización, pero que en realidad eran pseudo monjas.
Al respecto, el antiguo asistente eclesiástico aclara que Orden y Mandato "no era una orden religiosa, no era nada" y que ellas eran tan consagradas como él Superman. "Esto no llega ni a la altura de secta", añadió, en referencia a que los antiguos adeptos de Orden y Mandato que contrataron a un detective privado para investigar sus actuaciones y en este juicio ejercen la acusación particular calificaron a este colectivo como una secta.
Isaac de Vega llegó a tener una relación estrecha con Feliciano Miguel y con algunos integrantes de Orden y Mandato y negó que, como declararon los defensores del líder de Orden y Mandato, desde la Iglesia católica y él mismo promoviesen que se le considerase como un futuro santo. También descartó cualquier paralelismo entre el funcionamiento de este colectivo y el Opus Dei, al que pertenece.
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