Dos peritos del juicio de los Miguelianos descartan que las consagradas estén "abducidas"
Por Natalia Puga
El juicio por el denominado caso de los Miguelianos, en el que se juzga a siete personas por las presuntas irregularidades en el seno de la asociación pública de fieles Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, ha llegado este lunes a su sesión número 25 con la declaración de dos peritos que han acreditado que cuatro de las consagradas la organización -dos de ellas acusadas en esta causa- tienen cuadros de estrés postraumático, pero no por el trato que presuntamente les daba el fundador y líder del colectivo, sino por cómo se comportaba con ellas el consiliario o asistente religioso de la orden, el párroco del centro penitenciario de A Lama, Isaac de Vega.
Los dos peritos realizaron un informe a petición de la defensa de los acusados y este lunes lo ratificaron durante el juicio en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra y, a preguntas de los abogados y del fiscal del caso, aseguraron que Isaac de Vega sometió a cuatro de las consagrada a situaciones de maltrato psicológico en abuso de su superioridad como asistente religioso.
Los especialistas descartaron que el cuadro de estrés postraumático se deba a las acciones que la Fiscalía y la acusación particular atribuyen al líder y fundador de Orden y Mandato, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, principal acusado en esta causa, a quien el fiscal atribuye un delito de asociación ilícita, doce contra la integridad moral, cinco de coacciones y tres contra la libertad sexual y las supuestas víctimas aseguran que las sometieron a todo tipo de abusos sexuales de forma individual y en grupo durante años.
Según estos peritos, la evaluación realizada a las cuatro consagradas, entre ellas las consagradas Ivana Lima e Iria Quiñones, revela que su relato sobre el maltrato de Isaac de Vega es "altamente verosímil" y con un "alto grado de de veracidad". Se trata de una situación de maltrato "cronificada" que se prolongó en el tiempo y que incluye humillaciones, desprecios e incluso alguna pequeña agresión física.
"No están mintiendo", aseguraron los peritos, que refieren que las chicas sufrieron amenazas verbales y comportamientos por parte de Isaac de Vega que generaron en ellas "sensación de intimidación" e incluso algunos comentarios de contenido sexual y un "trato soez o de palabras malsonantes". No hubo ninguna lesión física, pero sí "comportamientos de quien trata de amedrentar a una persona con maltrato psicológico".
Estos mismos peritos también descartan que las consagradas estén bajo una situación de "abducción psicológica o de tipo sectario" como aseguran las acusaciones y los padres de las chicas, que denunciaron los hechos y aseguraron que Orden y Mandato funcionaba como una secta. "Descartamos que eatas personas estén abducidas", concluyen.
El juicio incluyó este lunes la declaración de dos mujeres que fueron consagradas en Orden y Mandato y estuvieron en el convento de Vilariño de al asociación. Ambos negaron que Miguel Rosendo las sometiese a los abusos sexuales que sí relataron antiguas integrantes de la asociación y también rechazaron que en el seno de este colectivo hubiese actividades de contenido satánico o las situaciones de humillaciones y falta de libertad que relataron en el juicio antiguos adeptos.
Una de las chicas negó el sometimiento que antiguos adeptos atribuyen a Miguel Rosendo y aseguró que tuvo dos direcciones espirituales con Isaac de Vega en las que se sintió "muy incómoda" porque solo le preguntó por su relación con su familia, pero no por cuestiones espirituales. Aseguró, además, que todas las salidas y altas y bajas de la asociación eran voluntarias y respetadas por el resto del colectivo.
Otra de las chicas explicó que llegó a la consulta de Feliciano Miguel en Vigo de muy pequeña y le contaba sus problemas para que éste le diese consejos "como un amigo". Niega que el líder la sometiese a tocamientos y tampoco tuvo constancia nunca de que mantuviese relaciones sexuales con otras consagradas. "Yo nunca ví lo que dicen de Miguel. Nunca ví a Miguel para nada hacer esas cosas ni me parece una persona que lo haga", aseguró la chica, que de adolescente fue exploradora de Orden y Mandato y de mayor se convirtió en consagrada, hasta que la Iglesia disolvió la asociación religiosa.
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