Un joven acepta seis años de prisión por la agresión sexual a una menor de 16 años a la salida de una discoteca
Por Natalia Puga
Un joven ha aceptado cumplir seis años de prisión como autor de un delito de agresión sexual a una chica de 16 años en un callejón sin salida situado muy próximo a una discoteca de Tui en diciembre de 2016.
El joven debería haberse sentado en el banquillo de los acusados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra este jueves, pero evitó el trago tras haber alcanzado un acuerdo de conformidad con la Fiscalía que se ratificó ya en un despacho, sin necesidad de la celebración del juicio.
En virtud de este acuerdo, reconoció los hechos que le atribuía el fiscal y asumió estos seis años de prisión y también la prohibición de aproximarse a su víctima, su domicilio, lugar de trabajo/colegio o cualquier otro frecuentado por ella a una distancia inferior a 500 metros. Tampoco podrá comunicarse con ella por cualquier medio, directo o indirecto, por tiempo de diez años.
Además del delito de agresión sexual, también reconoció un delito leve de lesiones por el que cumplirá una multa de dos meses a razón de nueve euros diarios, esto es, 540 euros. Inicialmente, se enfrentaba por las lesiones a una multa de 810 euros y por la agresión, a 14 años de prisión, pero finalmente se redujo la condena por ambos delitos.
En el caso de la violación, el fiscal consideraba inicialmente que era autor de un delito de agresión sexual agravado por tratarse de una situación de abuso de superioridad por parte del acusado, pero finalmente decidió mantener el delito de agresión sexual, pero no aplicarle el tipo agravado al reservarse a casos en los que el autor sea un familiar más directo o en circunstancias que no se cumplen en este caso.
El fiscal mantiene su relato de hechos, según el cual el acusado y la víctima estaban juntos en una discoteca y salieron al exterior de mutuo acuerdo. La chica, que sí quería salir con él a la calle, rechazó a partir de ahí otras propuestas del joven. Así, se negó a alejarse con él, pero la sujetó por un brazo derecho y tiró de ella, aprovechando que se encontraba bajo la influencia del alcohol.
La chica había bebido y se sentía mareada, llegando a perder el equilibrio y caer al suelo. El acusado aprovechó ese momento para llevarla a un callejón sin salida cercano a la discoteca. Allí le propuso mantener una relación sexual que ella rechazó, accediendo únicamente al sexo oral.
A pesar de la negativa de ella, él la desoyó, la empujó fuertemente por los hombros haciéndola caer al suelo de espaldas. En ese momento, se puso sobre ella, y aprovechando su decaimiento físico consecuencia de la previa ingesta de alcohol y su corta edad, le rompió la ropa y la violó.
El acusado ejerció gran violencia sobre su víctima. La abofeteó en varias ocasiones y le escupió a la cara mientras ella le pedía que parara e intentaba incorporarse sin éxito debido a la fuerte presión física que ejercía sobre ella. Le causó diversas lesiones.