En Valentín García Escudero hay gato encerrado
Por Natalia Puga
Los vecinos del entorno de la plaza de Valentín García Escudero se han movilizado este lunes para pedir la liberación de un gato. El animal quedó "emparedado" a raíz de las obras realizadas por el Concello de Pontevedra para cubrir los restos arqueológicos localizados en la zona y, después de varios días intentando rescastarlo sin éxito, decidieron "no movernos de aquí hasta que tengamos una solución".
Los vecinos descubrieron la presencia del gato durante el fin de semana. "Una noche estábamos paseando por allí y sentimos 'miau, miau, miau'. Buscando encontramos de dónde salía. El gato quedó emparedado en las obras. Pusieron la gravilla y una malla de alambre para sujetarla y se quedó alli encerrado", explica una de las vecinas.
Según indica, durante el fin de semana intentaron sacar al gato, pero no fueron capaces. No pudieron "ni darle de comer", pues no hay ningún hueco por el que meter la comida. Este lunes "una chica trajo un sobre de comida y no hay opción de meterlo".
A primera hora de la mañana de este lunes los vecinos decidieron acudir al Concello de Pontevedra para pedir una solución. Según aseguran, el concejal de Patrimonio, Luis Bará, se desplazó hasta el lugar y habló con ellos, pero no les ayudó, "dijo que no va a pedir que quiten la piedra por un gato". "Dijo que la obra es muy complicada y costosa y ningún técnico del ayuntamiento va a dar autorización para moverlo", añadieron.
Esta reacción municipal ha sentado mal entre los vecinos del entorno, que indican que "es tan fácil como desenganchar una esquina de alambre" y liberar la salida. El gato sigue maullando, "está miau miau miau", y los vecinos temen que si sigue así mucho tiempo puede fallecer, de modo que ha decidido no quedarse con los brazos cerrados y hacer guardia y presión e la zona hasta conseguir la liberación del animal.
"Vamos a hacer barullo, mientras no tengamos una solución no nos movemos de aquí", anunciaron a mediodía. Un par de horas después, varios trabajadores de la empresa que ejecutó las obras se desplazaron hasta el lugar y consiguieron rescatar al gato.
Los obreros indicaron a los presentes que les había enviado su jefe, no el Concello, y retiraron las piedras que impedían la salida del gato. Poco antes de las 16.00 horas liberaron la salida, pero el animal aún se tomó su tiempo para salir definitivamente del hueco. "Asomó la cabeza y se metió otra vez", explicó una vecina, que agradeció la implicación de los trabajadores que "dijeron que no se irían hasta que el gato quedase fuera, daba igual la hora".