El Arzobispado confirma su intención de cerrar al tráfico una parte del atrio de la capilla de San Mauro
Por Manu Otero
Los vecinos de San Mauro contrarios al cierre del aparcamiento del atrio de la capilla tienen motivos para estar preocupados. El Arzobispado confirma su intención de cortar al tráfico una parte del atrio con el objetivo de proteger el restaurado crucero de los repetidos golpes recibidos por los coches, el último acabó con la escultura derribada. Desde la Archidiócesos compostelana justifican esta actuación en base a las recomendaciones de la Dirección Xeral de Patrimonio en las que aconsejaban "el cierre al tráfico de la plaza donde está el crucero a través de una barrera perimetral con bolardos de granito con el fin de evitar la entrada de vehículos a dicha plaza".
En la protección de la escultura están de acuerdo todos los implicados. La solución que proponen los residentes en la zona es el cierre del perímetro del crucero a través de losas de granito o elevándolo sobre una peana que sirva también como banco y punto de reunión vecinal. También sugieren el traslado del mismo a su ubicación original, en un lateral de la capilla. Las posibilidades son variadas, pero a lo que no están dispuestos es al cierre de la salida más lejana del cementerio ni a la pérdida de aparcamientos. "Por el otro acceso no se puede salir, no hay visibilidad y no es seguro", argumentan los afectados.
Cuestionados por PontevedraViva sobre el proyecto de actuación en el atrio de la capilla de San Mauro, el Arzobispado de Santiago, titular de los terrenos, se apoya en el dictamen de la subcomisión de conservación del patrimonio artístico, histórico y documental de la Iglesia Católica en Galicia (órgano asesora de la Consellería de Cultura) que consideró "adecuada la solución propuesta de limitar el acceso de vehículos al atrio" en el pasado mes de octubre.
El objetivo de esta actuación es corregir la "situación tan expuesta" que tiene el crucero y el "peligro que supone el constante tráfico de vehículos a su alrededor, que llevó a que sufriera varios golpes a lo largo de los años". Recuerdan además desde el Arzobispado que el cruceiro de San mauro está declarado como Bien de Interés Cultural, por lo que su protección es obligatoria.
Esta determinación del órgano eclesiástico no calmará los ánimos de los vecinos, que seguirán luchando por defender la libre circulación de vehículos por esta plaza, en la que se encuentran dos casas de más de cien años de antigüedad, una de ellas quedaría aislada por el cierre de granito que pretenden instalar.
Por otro lado, dudan los vecinos que la Iglesia sea la propietaria de los terrenos, puesto que el suelo en el que se edificó la capilla fue cedido por una familia de esta localidad entre los siglos XIX y XX. Con esta premisa, los afectados tratarán de impedir que la Iglesia promueva este tipo de obras en el entorno del templo.