Sanxenxo endurecerá las sanciones en la nueva ordenanza de venta ambulante
Por Redacción
Acabar con la "notable indisciplina" que Sanxenxo ha detectado en algunos vendedores ambulantes. Es uno de los principales objetivos de la nueva ordenanza municipal que ultima el Concello para regular esta actividad económica y que, entre otras cuestiones, incluirá un régimen sancionador mucho más severo.
Así lo ha explicado el responsable municipal de esta área, Marcos Guisasola, que ha avanzado que la ordenanza quedará expuesta al público en los próximos días y que, durante un mes, se podrán presentar alegaciones a esta nueva normativa.
En líneas generales, la ordenanza fija que las autorizaciones para ejercer la venta ambulante en Sanxenxo tendrán una vigencia de un año y los interesados deberán renovarla anualmente hasta un máximo de cinco años. Cada persona física o jurídica solo podrá obtener un puesto y, en el caso de asociarse en cooperativa, el límite será de diez puestos.
Para poder obtener una de ellas, los vendedores deberán de ser mayores de edad, estar de alta en la Seguridad Social y estar al corriente de pago, contratar una póliza de responsabilidad civil y, en el caso de vender alimentos, deberán tener carnet de manipulador.
La ordenanza, que sustituirá a la normativa de 1999, incluye además varios capítulos específicos para proteger los derechos de los consumidores, para recoger las obligaciones de los vendedores y para garantizar la calidad y legalidad de los productos que se vendan.
Sanxenxo, en principio, autorizará la venta de artículos textiles, artesanía, bisutería, marroquinería, calzado, confección, droguería, artículos de cuero o piel, de pequeño ornato, frutas, verduras, plantas, productos de confitería, frutos secos, productos envasados o productos alimenticios, además de los que permita normas superiores.
El régimen sancionador, por su parte, pretende combatir entre otras prácticas indeseables que la zona en la que se celebran los mercadillos quede llena de basura tras el desmontaje de los puestos, incluyendo sanciones leves, graves y muy graves.
Las sanciones leves van desde el apercibimiento hasta la multa de 750 euros, las graves -entre ellas la ausencia de limpieza- oscilarán entre los 750 y los 1.500 euros y la posibilidad de suspensión temporal de la autorización y, por último, las faltas muy graves -como la venta de falsificaciones- supondrán entre 1.500 y 3.000 euros de multa y la retirada de la autorización.