El confinamiento llegó a reducir hasta el 57% la contaminación del aire de Pontevedra
Por Redacción
En la ciudad de Pontevedra las medidas adoptadas por el confinamiento mejoraron la calidad del aire en cuanto a la concentración de Dióxido de Nitrógeno NO2. Las medidas establecidas por la declaración del estado de alarma para evitar la propagación del coronavirus contribuyeron a reducir el tráfico en la ciudad y, por lo tanto, a mejorar la calidad de su aire reduciendo la polución en más de la mitad, en función de las distintas etapas de la cuarentena.
Así lo constata un informe elaborado por la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galicia (Adega) sobre el impacto del confinamiento en la contaminación del aire de las principales ciudades gallegas por mor del tráfico, partiendo de los datos de polución registrados por las estaciones de vigilancia ambiental de Meteogalicia y comparándolos con los del año pasado y con la etapa previa a la crisis sanitaria.
Para entender mejor las conclusiones conviene aclarar que Adega divide estas análisis en tres etapas: desde comienzos del año 2020 hasta la declaración del Estado de alarma (etapa A); desde lo 14 de marzo hasta el 30 de marzo o fase inicial del confinamiento (etapa B) y desde el 1 de abril hasta el 1 de mayo o segunda fase del confinamiento (etapa C), en la que los desplazamientos se limitaron a las actividades esenciales.
En el caso de Pontevedra, se utilizaron cómo referencia los datos de la estación de Campolongo y, como conclusión, Adega señala que registró una bajada del 44% de presencia de NO2 en el aire en la primera etapa del confinamiento con respeto a la etapa previa al estado de alarma, y llegó hasta el 57% desde que se adoptaron las medidas más exigentes.
Adega habla de una merma "evidente" de la polución desde que comenzó el confinamiento que se mantiene en cada una de las etapas. Así, en lo que ellos denominan la primera fase del confinamiento, motivó una reducción de un 44% con respecto a etapa anterior, y la adopción de las medidas más estrictas redujo en un 34% la concentración del NO2 con respeto a la etapa inicial del confinamiento, siendo la reducción de la etapa del confinamiento con respeto a la del comienzo del año de un 57%.
En esta estación de Campolongo, los valores máximos de NO2 se registraron en la primera etapa antes del confinamiento a principios de año. En la primera etapa del confinamiento se redujeron a casi a la mitad, y a algo más de la mitad una vez adoptadas las medidas estrictas.
Teniendo en cuenta los valores registrados en el 2019, se comprueba que la reducción a principios de año fue de un 31%, aumentando hasta un 56% en la segunda fase del confinamiento (lo que denominan etapa B). Durante la etapa del confinamiento (BC) la concentración de NO2 se redujo en más de la mitad con respeto al año anterior.
Todas las ciudades gallegas, excepto Ferrol, disminuyeron en más de la mitad su contaminación por tráfico con respecto a 2019 durante las distintas etapas del período de confinamiento.
En todo caso, la asociación señala que los resultados de este estudio son orientativos por cuanto el impacto real de la COVID-19 en la mejora de la calidad del aire debería evaluarse teniendo en contra otros factores que ellos no puideroj analizar como el impacto del cese parcial de la industria en la contaminación atmosférica, la meteorología de las diferentes etapas, o aquellos factores indirectos que podrían alterar el correcto registro de datos en las estaciones de vigilancia ambiental.