La hostelería de Pontevedra censura las fiestas en la calle y teme el regreso de las restricciones
Por Manu Otero
Las escenas de grandes grupos de jóvenes saltando y sin guardar la distancia de seguridad en la Praza da Verdura para celebrar el final del toque de queda siguen coleando. Las redes sociales ya condenaron este comportamiento y ahora es el propio sector hostelero de la ciudad el que expresa su total rechazo a unas conductas que, temen, acabarán perjudicándolos.
"Me crea bastante rabia e indignación. Tenemos que divertirnos. Es positivo. Pero tenemos que hacerlo de forma prudente y con sentido común para que no volvamos atrás y no podamos divertirnos de ninguna de las formas", confiesa Dani Lorenzo, presidente de la Asociación de Hosteleros Empresarios de Pontevedra (Hoempo).
El colectivo se muestra preocupado no solo por la actitud de una parte de la sociedad, también son conscientes de que no todos los locales están acatando las normas. "Muchos locales vamos en el mismo sentido, pero hay otro local que parece que la pandemia no va con él. Aquí echamos a gente y al rato los tenemos en la esquina famosa", confiesa el camarero de una taberna de la Praza de A Verdura.
Además de un repunte en los contagios, esta situación que no es la primera vez que se produce comienza a afectar a los negocios. "Además de la vergüenza que se está dando, se está produciendo una pérdida de clientes adultos y sensatos por el botellódromo que se está formando", critica.
El miedo a volver a restricciones más estrictas planea ya sobre la el sector hostelero de la Boa Vila. "Lo primero que se nos viene a la cabeza es que por culpa de estas situaciones vayamos a pagarlo nosotros. Está claro que no es culpa de los hosteleros, sino de un mal comportamiento de un grupo de gente. Espero que no nos afecte negativamente", sostiene Lorenzo, que se muestra contundente contra este tipo de actuaciones: "Tenemos que tener claro que no se pueden volver a repetir esas imágenes. Cada uno de los que se ve en esas imágenes tiene que estar avergonzado por su comportamiento".
Desde Hoempo aprovechan la situación para reivindicar la necesidad de reabrir el ocio nocturno y emplearlo como un mecanismo de control. "Con el ocio nocturno abierto seríamos una solución para que no se dieran esas imágnes, porque la gente está más controlada en esos negocios que en la calle o en las casas", insiste Lorenzo.
Uno de los que se expresó con mayor dureza en las redes sociales fue el chef Pepe Solla, quien se muestra profundamente crítico con la sociedad en general. "Dame rabia pensar que só somos capaces de cumprir cando nolo impoñen", lamenta al mismo tiempo que reconoce haber sentido "rabia e impotencia" al ver como esas imágenes se repetían por todo el territorio español.
"Temos que vacinarnos e ter cuidado ata que a situación esté completamente controlada", pidió el cocinero en durante una entrevista en la Radio Galega
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