SOS de Ponte Caldelas a la perrera provincial para capturar varios perros abandonados
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Por Redacción
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© Concello de Ponte Caldelas
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La presencia de animales abandonados en el término municipal de Ponte Caldelas ha obligado al Concello a recurrir al servicio provincial de recogida de perros abandonados. Tras recibir las denuncias de vecinos de distintas parroquias por la amenaza que, en materia de seguridad ciudadana y sanitaria, podrían representar los animales, se procedió a retirarlos de las calles para evitar incidentes.
Según el alcalde de Ponte Caldelas, Perfecto Rodríguez, muchos de los perros abandonados en el municipio son alimentados por los vecinos de las casas que merodean, quedándose luego estos animales en el lugar. Provocan, dijo, el consiguiente trastorno para los ciudadanos al derivar su presencia, en algunos casos, en episodios de insalubridad pública por la presencia de parásitos o ataques esporádicos a personas.
De hecho, el último perro retirado en el municipio de Ponte Caldelas se produjo en la parroquia de Forzáns, tras la denuncia realizada por la Asociación de Vecinos. En ella, se explicaba que un can abandonado había atacado a tres personas, una de ellas un niño que tuvo que ser atendido en los servicios de urgencia hospitalaria de la capital de la provincia. Por ello, se procedió a realizar los trámites oportunos para su captura y traslado a la perrera provincial.
De ahí que Perfecto Rodriguez advierta de la peligrosidad que representan para la seguridad y la salud pública el abandono de perros y recuerda la existencia de este servicio de la Deputación de Pontevedra, al que está adherido el Concello, con el fin de solventar posibles casos que se estén produciendo en el municipio.
Antes de que el Concello participara de esta iniciativa de la Diputación, la retirada de perros y gatos que se llevaba a cabo por una empresa suponía un coste por animal de unos 120 euros. La adscripción a este servicio le cuesta ahora al Concello, recordó, tan solo 30 céntimos por habitante.
Los perros recogidos por este servicio son conducidos a la perrera provincial de Meis donde permanecen, sine die, hasta que son objeto de alguna adopción. En este centro son tratados de posibles enfermedades, desparasitados y alimentados con el fin de que los perros puedan recuperarse para la convivencia con los seres humanos.