Quila Alonso, una coqueta de 102 años
Por Natalia Puga
- "Un aplauso, ¿no?"
María Aquilina Alonso Pérez salía del ascensor en el tercer piso del Concello de Pontevedra acompañada de dos sobrinos nietos. Llegaba con intención de reunirse con el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, en el día en que cumple 102 años y, ante la presencia de los medios de comunicación que le esperaban para retratar el encuentro, se emocionó. Conocedora de su gran mérito, pidió el aplauso de todos. Más tarde, pediría un abrazo del "edil principal de Pontevedra".
Más ágil que muchos de los presentes a los que más que duplicaba la edad, María Aquilina escondió el bastón para "salir más guapa" en las fotos, tomó asiento y se dispuso a explicar su vida. "Mi nombre es Quila Alonso", empezó y pasó a relatar cómo han pasado estos 102 años de una niña nacida en Sanxenxo en 1911, pero que se define como "una ciudadana del mundo".
En los últimos años de su vida se ha asentado en Pontevedra, pero antes "viví por toda España y por Europa", incluyendo 29 años en Barcelona y un mes que estudió en La Sorbona. En la universidad parisina conoció "al amor de mi vida", Fernando, un chico de Almería que "a los seis meses vino a por mi y nos casamos en Poio". Desde entonces, "fui muy feliz".
Profesora jubilada, asegura que el secreto de haber llegado con tanta lucidez y agilidad física a los 102 años es que "vivo del amor que me da la gente". Su alimentación es variada ("como de todo", explica), pero para ella es más importante alimentar su mente. Y sigue haciéndolo como centenaria, pues un año más se ha sacado el abono para asistir a la programación cultural de Novacaixagalicia.
No se pierde todos los conciertos y actuaciones teatrales que llegan a Pontevedra y tiene un día a día muy activo en el que siempre tiene tiempo para arreglarse porque "soy muy presumida". "Fui coqueta, lo soy y lo seré", confiesa, antes de interesarse por la opinión de los presentes sobre su aspecto del día: "¿Os gusta cómo vengo?".
Para ella, "lo que más me deleita es el amor de las personas" y este lunes llegó al Concello con intención de "que me dé un abrazo el edil principal de Pontevedra, el señor Lores". ÿl, consciente de las exigencias de Quila, llegó preparado. "Puxen corvata porque sabía que a vostede lle gustaba", le explicó, antes de entregarle el ramo de rosas de rutina. Es el tercero que recibe como centenaria pontevedresa y "espero que sexa por moitos anos máis".
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