Un parque infantil con tintes ferroviarios completará la reforma integral de la 'pasarela'
Por Redacción
Las obras de la pasarela, como se conoce popularmente a la plaza de José Adrio Barreiro, estarán finalizadas la próxima semana. La zona quedará transformada, según Antón Louro, "nun espazo urbano de calidade e creará unha nova centralidade na cidade". Se invierten en ella 250.000 euros, de los que casi 150.000 corresponden a obra civil. El resto son para mejoras en el tratamiento de la superficie y de la acera perimetral, mobiliario y alumbrado público.
El concejal de Urbanismo, que revisó este miércoles el desarrollo de las obras, anunció que la última mejora introducida fue la dotación de un parque infantil en la parte más próxima a la calle de Joaquín Costa. El parque, con una superficie de 250 metros cuadrados, consiste en dos bloques de juegos en forma de máquina de tren montada sobre una doble vía. Sobre el pavimento de caucho también se pintará una estación ferroviaria.
Este proyecto recupera un espacio que, a pesar de cubrir una área de 3.500 metros cuadrados, tenía un aspecto "inacabado". Todo el espacio queda ahora cerrado por un pequeño muro perimetral de piedra del Paraño rematado por baranda metálica. El cierre, por sus dimensiones y por la inclusión de unas escaleras centrales, enfatiza la conexión de José Adrio con 12 de noviembre, mejorando la visibilidad de todo el tejido comercial de la pasarela.
En la memoria de los pontevedreses que perdieron su vida en 1936 defendiendo la Democracia se plantaron 10 cerezos de flor y habrá también otros tantos bancos. Pero la principal singularidad del proyecto es el tratamiento de la superficie con una resina de color tierra. Estará cruzada transversalmente por unas líneas más oscuras a modo de código de barras que ofrecerá la lectura "José Adrio Barreiro". La aplicación de la primera imprimación comenzó este miércoles.
El proyecto resolvió también de una manera homogénea la conexión de los niveles de la pasarela y la calle interior de los edificios Silva con solo dos o tres escalones en función del tramo. La accesibilidad quedó garantizada con unas pequeñas cuestas hacia los extremos de la plaza, en las calles Loureiro Crespo y Joaquín Costa.
Con todo, una de los mejoras más valoradas por vecinos y comerciantes fue la instalación de una red de recogida de pluviales. Amplias rejas en el pavimento canalizarán el agua de la lluvia acabando con los charcos que se producían en algunos puntos.
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