Un informe técnico acredita la mejora "significativa" de la iluminación y la contaminación acústica en Loureiro Crespo
Por Alejandro Espiño
La reforma integral de la calle Loureiro Crespo ha supuesto una mejora significativa de la iluminación y de la contaminación acústica de todo este ámbito urbano. Así lo acredita la auditoría técnica realizada por la empresa Enmacosa por encargo del Concello de Pontevedra.
La portavoz del gobierno municipal, Anabel Gulías, ha presentado este lunes los datos de este informe que, según ha subrayado, acredita que las actuaciones tendentes a recuperar el espacio público "elevan a calidade de vida que ofrecemos á veciñanza".
El trabajo realizado por Enmacosa reúne diversos datos sobre la iluminación de la calle y sobre los niveles de contaminación acústica, tomando como referencia mediciones realizadas antes y después de la rehabilitación integral de esta calle.
Para realizar estas mediciones, los técnicos dividieron la calle en cuatro zonas y tomaron datos en cinco puntos de muestreo en cada una de ellas, repitiéndolas en horario de mañana y tarde -tres por cada una de estas dos franjas horarias-.
La zona 1 incluyó la zona comprendida entre la Praza do Hospital y Casimiro Gómez, mientras que la zona 2 llegaría desde este último punto hasta la rotonda con José Malvar, la zona 3 hasta la confluencia con Ernesto Caballero y la zona 4 hasta la Avenida de Lugo.
En cuanto a la calidad lumínica del área tratada, el informe concluye que en la zona 1 se mejoró la iluminación en un 60% y en la zona 2 llegó a un 53%. En el tercer ámbito de estudio el porcentaje se elevó hasta el 65% y, por último, en el cuarto, se quedó en un 39%.
Estas mediciones sostienen que los mayores incrementos en la calidad de la iluminación se han dado, especialmente, sobre las zonas reservadas para estacionamientos y sobre la calzada, con mejorías que en algunos puntos roza el 90% con respecto al alumbrado anterior.
Los resultados, según Gulías, son "aínda máis esclarecedores" en materia de contaminación acústica. Los expertos consideran como ruido ambiental todo lo que supere los 65 decibelios, a excepción de zonas docentes o sanitarias como la del Provincial, limitado a 60 decibelios.
Antes de la reforma, en 33 de las mediciones realizadas se excedían los niveles de ruido, mientras que tras las obras de humanización dicha barrera de 65 decibelios solo se superó en diez ocasiones. Es decir, en una de cada seis tomas de este muestreo.
En todas las áreas, que oscilaban de media entre los 63,2 decibelios de la zona 1 y los 68,1 de la zona 4, se ha registrado una tendencia a la baja, situándose en una horquilla entre los 61,6 decibelios (-2,6%) de la zona 1 y los 64,9 (-3,4%) de la zona 2. El mayor descenso, de hasta un 5,8%, se registra en la zona 4, que ha pasado a una media de 64,2 decibelios.
Desde el Concello sostienen que, ya que es en estos espacios públicos "onde maior tempo pasamos ao longo das nosas vidas", estas actuaciones deben garantizar que se obtenga la "excelencia" en estos dos parámetros, junto con un tercero, la calidad del aire.
Esta experiencia piloto realizada en Loureiro Crespo se replicará en otras zonas recuperadas para obtener una "foto fixa" de la situación de la ciudad "e seguir mellorando", según Anabel Gulías, para lo que se instalarán medidores que prevén financiar con fondos europeos.
"O obxectivo é obvio, seguir convertendo a Pontevedra nun referente medio ambiental en todo o país", ha sentenciado la portavoz municipal.