Visibilizando el cáncer de mama: "Nos entendemos porque todas hemos pasado por lo mismo"
Por Mónica Patxot & María José Pita
El próximo 19 de octubre es el Día Internacional del Cáncer de Mama. En torno a esa fecha, durante todo el mes, la Asociación de Diagnosticad@s de Cáncer de Mama y Ginecológico (Adicam) está realizando diferentes acciones para visibilizar esta enfermedad.
En la mañana de este miércoles 11 instalaron mesas informativas en la plaza de A Peregrina de Pontevedra con el objetivo de que ninguna persona diagnosticada esté sola.
"Lo más duro es que te venga una paciente que ha pasado por un diagnóstico, un tratamiento de quimio o radio, y no sepa que existe Adicam u otra asociación de pacientes", expone María Martínez, trabajadora social de la asociación. "Para nosotros es importante que cualquier persona sepa que en Pontevedra Adicam está trabajando desde hace algunos años, que ofrecemos una serie de servicios totalmente gratuitos: psicología, fisioterapia, nutrición, ejercicio físico...", añade.
Desde la sede en el tercer piso del edificio azul de la Xunta en la calle Benito Corbal, 47, Adicam da apoyo a las personas diagnosticadas durante el tratamiento y también con posterioridad. "Hay un periodo en el diagnóstico y tratamiento en que se encuentran muy apoyadas, después hay un momento en el que reciben el alta de oncología pero quedan unas secuelas. En el cáncer de mama el linfedema es una de las secuelas más importantes, pierden movilidad en el brazo y se les hincha, y eso muchas veces es un problema a la hora de la incorporación laboral".
Por ello, la asociación también ofrece orientación laboral y asesoramiento en caso de tener que solicitar la incapacidad.
María Martínez también alude a que "muchas veces mujeres solas con cargas familiares se encuentran abocadas a la exclusión social por las bajas pensiones que les quedan o porque ya no pueden incorporarse al puesto que tenían antes". Aunque hay pacientes de cáncer de mama varones, la realidad es que es un cáncer principalmente femenino, donde "se solapa el problema de ser mujer con la realidad que hay en el mercado laboral".
Un testimonio esperanzador es el de Isabel Millán, aunque su historia tiene luces y sombras. Cuando le diagnosticaron el cáncer mama, hace dos años, era militar. Hoy ha superado la enfermedad, está en la reserva y trabaja en la Confitería Landín, para cuyos propietarios solo tiene buenas palabras. "Me tratan muy bien", afirma con una amplia sonrisa.
En este empleo la contrataron por su profesionalidad, sin importar su pasado con el cáncer de mama, una situación que, asegura, no es la habitual. "Una vez que dices que has tenido cáncer, la gente te rechaza y no te cogen. No todos, pero sí la mayoría. Yo a veces pienso, si te da un infarto o un ictus, te recuperas y no hay problema. Pero al tener cáncer ni te dan una hipoteca, ni te dan un crédito, y en los trabajos no sé por qué pero no te contratan. Y eso que no estamos limitados para nada, yo voy a competir y sigo entrenando, estamos igual que antes, tenemos la misma fuerza y las ganas de vivir".
Isabel denuncia la paradoja de que en el documento de alta se califique su cáncer como enfermedad común. "Yo me eché a reír y dije 'ay, que tuve una gripe'. Estamos diagnosticadas como una enfermedad común pero no nos tratan como a una persona diagnosticada como enfermedad común, y es algo que también queremos reclamar, claro".
En este punto, Milli, como la conocimos en el reportaje publicado hace un año junto a sus compañeras del equipo de piragüismo de supervivientes de cáncer de mama, anima a todas aquellas personas con un diagnóstico de cáncer de mama o ginecológico a que contacten con Adicam.
"Aquí se van a encontrar a una familia, nos apoyamos las unas a las otras, y cuando una no puede ir acompañada a la quimio, siempre hay alguna de nosotras que va con ella, nos llamamos a la hora que sea, que te operan, que me encuentro mal... Y luego está María (trabajadora social) que tiene el teléfono siempre abierto, si no, están Iria o Vanesa, que son las psicólogas, tenemos podólogo para cuando se caen las uñas con la quimio, el médico Cameselle que nos aclara cualquier duda, tenemos risoterapia, pilates, resolución de conflictos, sexualidad, hasta un equipo de dragonboat".
La importancia de asociarse para que las personas diagnosticadas no se encuentren solas e incomprendidas la resume Isabel Millán con una reflexión final: "La gente empatiza contigo pero no te entiende, y en Adicam nos entendemos porque todas hemos pasado por lo mismo".
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