Agustina Guerrero: "Siempre recuerdas todo aquello donde ha habido una emoción. Lo demás, desaparece"
Conociendo a Agustina Guerrero (Chacabuco, Argentina, 1982), a pesar del éxito que ha alcanzado con el personaje de 'La Volátil', seguro que aún le cuesta creer a dónde ha llegado desde que abandonó su país natal y se asentó en Barcelona. Iba a ser por un año y lleva veinte.
Desde entonces, no ha hecho más que plasmar sus emociones sobre el papel. Da voz a muchas mujeres. Su forma de abordar, sin pudor alguno, asuntos cotidianos como quedarse embarazada, los problemas con las compresas o las visitas al ginecólogo la ha convertido en todo un referente.
Sus ilustraciones, que se hicieron populares a través de las redes sociales, han dado vida ya a siete libros. El último de ellos, La compañera, un trabajo autobiográfico en el que desnuda su alma y se muestra sin filtros. Lo ha presentado este miércoles en la Librería Cronopios.
¿Qué fue lo que te llevó a abrirte en canal de esta manera?
Yo creo que me ha ayudado mucho el libro anterior que fue El viaje. Hubo un cambio en mi manera de contar, en mi manera de dibujar. Siento que hay una evolución y más verdad, más honestidad. Soy más cruda. Trato otro tipos de temas.
Me ayudó a animarme y con La compañera continuo con esta línea. Es un lugar en el que me siento muy cómoda, donde siento que ya no tengo que hacer reír constantemente y donde me puedo permitir bucear más en lo emocional y en lo poético, no siempre en el remate del chiste.
Surgió como una necesidad de poder sacar de dentro todas esas partes oscuras. La compañera es eso, un viaje a los recuerdos y la importancia que tienen para poder definirme.
Dicen que la vida es el resultado de las decisiones que tomas y de las experiencias que vives, ¿ese ha sido tu caso?
Para mí, a la hora de plantear el libro, los recuerdos me parecieron una temática súper potente porque muchas veces me cuestiono por qué actúo como actúo, por qué soy como soy.
Creo que está ligado a lo que hemos vivido. Los recuerdos son en una parte esencial de lo que somos. Somos lo que somos gracias a ellos, pensamos como pensamos por ellos, amamos como amamos por ellos. Todo lo que hemos vivido.y mamado está está presente a día de hoy.
Entiendo que este libro ha debido haber sido un ejercicio de introspección brutal para ti, ¿no?
"Este libro ha sido como subirme al Delorean, a una máquina del tiempo, y empezar a revolverlo todo"
Ha sido como subirme al Delorean, a una máquina del tiempo, y empezar a revolverlo todo. De hecho, a la hora de empezar le escribí a mi madre porque toda la parte de la introducción en donde ella me está gestando había muchos detalles que yo desconocía. Me respondió en diez correos extensos y con todo lujo de detalles para ponerme en situación.
Ha sido un viaje fortísimo. Pero a la hora de plantearlo no ha sido empezar pensando en los recuerdos que quería contar sino que fue al revés. Hice una lista de temáticas que quería tratar y así me fue más fácil, ya fuesen los abusos, las muertes, el síndrome de la impostora... Y a partir de ellas fui recordando.
Dices en un momento de tu historia que "sin emoción no hay recuerdos"...
Es que a la hora de empezar a investigar sobre los recuerdos, recuerdas todo aquello dónde habido una emoción. Por lo general, en donde la emoción es más intensa: miedo, asco, alegría... son los que más perduran.
Si empiezas a pensar en un recuerdo, seguramente está ligado alguna emoción que hayas sentido en ese momento. Todo lo demás desaparece. La importancia de sentir cuando estás viviendo me parecía bonito remarcarlo.
En tu primer día de vida, cuentas en la novela gráfica, ya ibas con un lápiz en el pecho. ¿Estabas predestinada a acabar siendo ilustradora?
No me di cuenta hasta el momento de escribirlo. Es una foto que la tengo muy vista, pero no me había ido al detalle hasta la hora de escribir el libro. Ahí empecé a conectar y se me empezaron a abrir puertas que me hicieron tener una narración más intensa y más redonda. No sé si estaba predestinada, pero yo encuentro que estos puntos son mágicos y me hace ilusión creerlo.
¿Podríamos decir que tu abuela ha sido la persona que más te ha marcado en tu vida?
Totalmente, sí. Mi libro está dedicado a ella. La importancia de las abuelas en la vida de uno marca a cualquiera. Ella ha sido un pilar fundamental para mí.
Si puedo destacar lo más importante que me dio, fue la posibilidad de ser yo misma. Sin juicios y con una mirada amorosa. Creo que ella no era consciente de esto. Le salía de manera natural y esa comodidad que ella me daba lo era todo para mí.
"Ayer fui a una librería, vi mi libro y me di la vuelta. No puedo verlo, me da vergüenza. Siento que no merezco estar ahí. Es un fantasma con el que estoy luchando"
A los 19 años decides venirte a España, ¿a qué se debió ese cambio?
En realidad vine por un año o dos. Mi padre estaba aquí. Se me abrió esa posibilidad. Fue en 2001 cuando Argentina está pasando por una situación económica catastrófica. Y al final me quedé. Llevo aqui veinte años, la mitad de mi vida.
En La compañera, hablas de ese 'síndrome del impostor' que te acompaña desde que estudiabas. ¿Lo has superado?
Me sigue acompañando. Ayer fui a una librería, vi mi libro y me di la vuelta. No puedo verlo, me da vergüenza. Siento que no merezco estar ahí. Es un fantasma con el que estoy luchando. Este es el primer libro que presento en Madrid y llevo siete. No porque no surgiera la oportunidad, sino porque no me animaba.
Intenté investigar el por qué de esta inseguridad. Creo que en el libro, a la hora de poner estos huequitos en fila, reflejo cómo te condiciona lo que te dicen, cómo te lo dicen. Creo que todo se debe a los mensajes que recibí a lo largo de mi existencia.
Tuviste una infancia feliz, al menos eso se desprende de lo que cuentas en el libro. ¿La parada actual de tu vida también es la felicidad?
Estoy en un momento muy feliz. Llevo muchos años en un estado de ser muy agradecida con lo que tengo. Sí, mi infancia fue feliz y me siento muy afortunada.
Hay otros momentos que, según dices, te dejaron "rota por dentro". ¿Cómo los afrontas?
Los atravieso como puedo. En los momentos difíciles suelo ser muy dramática, pero algo que aprendí es que ante una situación que me desestabiliza, sé que funciono de esa manera, que me puede durar unos días y que luego con la distancia lo miro de otro modo.
Estoy aprendiendo a convivir con esos días de que todo me sacude y que no sé cómo sobrellevarlo. Luchar contra eso es agotador. Pero ya sé que soy así.
Al ser una historia autobiográfica, ¿crees que el lector se podrá sentir identificado contigo?
"Me animaría decir que el 100% de las mujeres hemos vivido alguna situación de agresión sexual. No creo que me equivoque"
Creo que todos hemos pasado por un momento de duelo, por la pérdida de algún ser querido. Me animaría decir que el 100% de las mujeres hemos vivido alguna situación de agresión sexual. Y también compartimos la inseguridad que sentimos a la hora de enfrentar ciertas situaciones. Pero por encima de eso, la finalidad de este libro es entender la importancia de no culparnos.
La decisión creativa de esa sombra que acompaña en la historia a tu alter ego, ¿qué crees que aporta?
Ya salía en una página de El viaje y me pareció que ese dúo era muy potente y que invitaba a mucho. Es alguien sabio que me va mostrando el camino. A simple vista puede parecer un personaje negativo, como la representación de la ansiedad o la tristeza. Pero no, es el lado nuestro que nos cuesta ver. Tenemos que animarnos a darle la mano y decir, también soy esto.
Cada vez sois más las mujeres que adquieren, merecidamente, un lugar de relevancia en la ilustración española. ¿En tu caso te ha costado?
Creo que la ilustración y la novela gráfica está en un momento muy dulce. Cuando yo empecé todavía no había Instagram y Facebook acababa de salir. Pero tuve mucha suerte a la hora de empezar a contar mis experiencias y poder compartirlas con el mundo.
Para mí no ha sido difícil. Yo ni siquiera he ido a la editorial a presentar mi trabajo, a mí me llamaron ellos. Lo más difícil fue continuar haciendo lo que hago y tomar decisiones sobre cómo lo hago. Una de esas decisiones fue cambiar de rumbo con el personaje.
Mis primeros libros eran viñetas individuales donde había un chiste, donde hablaba de otras temáticas. Con El viaje rompí con eso y para mí eso fue lo más difícil. De hecho ahora me encuentro también en una encrucijada. No sé si continuar con el personaje o si me apetece hacer otras cosas. Para mí eso es lo más difícil. Saber por dónde continuar.