Shego: "El disco nuevo viene fuerte. Nos gusta plantear temas de los que no se habla mucho"
Por Alejandro Espiño
Maite, Raquel, Charlotte y Aroa. Las cuatro forman Shego, la banda madrileña que está revolucionando el panorama musical español. Tras apenas dos años juntas, todo el mundo habla de ellas. Si aún no sabes por qué, este sábado podrás comprobarlo en Marín.
Forman parte del cartel del festival Marín Vivo, que comparten con Ginebras y la DJ Inmir. "Estamos en un punto muy bueno de conexión y tenemos un directo divertido y muy alegre", afirman las dos primeras en esta entrevista con PontevedraViva.
Desde el punk, el lo-fi o el pop hasta sonidos más electrónicos y 'raveros', nada se les resiste a estas cuatro mujeres que, con su juventud y frescura, sus afiladas letras y su gran talento, prometen dar mucha guerra. "Somos bastante honestas y auténticas en directo", aseguran.
Vuestros inicios, como muchas otras bandas, fueron los de juntaros y hacer música sin muchas más pretensiones pero, en apenas dos años, estáis ya encabezando festivales. Cuando echáis la vista atrás, ¿qué se os viene a la cabeza?
Raquel: En realidad nos han pasado tantas cosas que no podría quedarme con nada en concreto.
Maite: A veces tengo aún la sensación de que estamos ensayando en el salón de casa y que nada de lo que está pasando es real.
¿Y os acordáis del primer concierto?
Raquel: Pues ahora que hablabas de tocar en casa, me ha venido una imagen a la cabeza de estar en ese salón, pensando en cómo íbamos a dar nuestro primer concierto, en una azotea con treinta personas. Si lo piensas, es bastante fuerte. Eso pasó hace solo dos años.
Maite: A mí me parece increíble, si pienso en los inicios del grupo, la determinación que hemos tenido siempre, aún sin saber a donde iba a llegar esto, para apuntar hacia donde hiciera falta. Si nadie nos quería o nos conocía, nos inventábamos nosotras el concierto. Si no teníamos estilista, nos íbamos a Zara y nos comprábamos cosas. Sin ningún tipo de miedo. Siempre para adelante.
En una banda como la vuestra, con cuatro artistas que, aún compartiendo una filosofía en común, tenéis cada una vuestra propia perspectiva, ¿es fácil encajar las personalidades?
Raquel: Maite y yo somos muy amigas pero es complicado cuando todo trasciende más allá de esa relación de amistad y hay que crear una relación laboral. Enfrentar esas dos cosas a veces es difícil, pero creo que nosotras, igual que hacemos todo lo posible para que salga bien el proyecto, cuidamos bastante la relación que tenemos entre nosotras, sino sería imposible.
¿El hecho de que tengáis proyectos paralelos os ayuda a oxigenar el ambiente?
Maite: Creo que lo que puede ayudar a airear las relaciones es más bien el hecho de que aunque somos amigas entre nosotras y nos queremos mucho venimos de ambientes distintos y tenemos amigos muy dispares. Nos podemos nutrir de todo lo de fuera para luego estar juntas y crear algo único. Si estuviéramos todo el rato involucradas como amigas, quizá sí sería más complicado.
Ahora estáis con una discográfica gallega, de Ponte Caldelas concretamente. ¿Qué os ha aportado Ernie Record en este despegue musical que habéis tenido?
Raquel: Desde el principio ha sido súper sencillo estar con ellos, con Josiño Carballo que es como nuestro jefe. Nos han dado muchas facilidades para hacer lo que queríamos. Solas no podríamos haberlo hecho.
Maite: El trabajo de Josiño como mánager ha sido muy bueno porque no ha cogido a la banda y ha querido catapultarla a la fama a lo bestia. Primero nos puso deberes. Nos hizo girar por todos los pueblos de España, haciendo callo. Ha sido una manera de curtirnos. Nos hizo salir a ver lo que era el mundo para poder trabajar bien. Nosotras veníamos de no tener ni idea de esto.
Con ellos son los que estáis trabajando para editar vuestro primer disco. ¿Para cuándo lo tendremos en las manos?
Raquel: El proceso va lento pero ya está. Está todo hecho desde hace bastante tiempo, en realidad. Lo sacaremos en el momento que veamos que tenga que ser.
Maite: Este invierno saldrá algún adelanto ya. Tenemos muchísimas ganas. Llevamos con las canciones ya hechas y grabadas desde hace un año. Queremos tocarlas y que la gente las escuche.
Raquel: Ya en nuestros conciertos tocamos un par de canciones que estarán en el disco, pero no es lo mismo. A todas nos gustaría que la gente pueda escucharlas todas y ver cómo es el feedback. Por ahora no podemos saber qué les parecen porque sólo las han escuchado en directo.
"Este invierno saldrá algún adelanto del disco. Tenemos muchísimas ganas. Llevamos con las canciones ya hechas y grabadas desde hace un año"
Eso sí, ¿vuestros seguidores van a reconocer vuestro sonido en este nuevo disco, no?
Maite: Creo que siempre tenemos algo característico, entre las voces o las melodías que son muy propias. Por mucho que experimentes, siempre hay algo que nos caracteriza. Pero nos mola mucho lo ecléctico y escuchar otros tipos de música. Eso queríamos reflejarlo en el disco, que no fuera repetir la misma canción quince veces. Queríamos jugar un poco, ver qué podíamos hacer.
El sábado venís a Marín, a un festival cuyo cartel -con Ginebras e Inmir- es íntegramente femenino. ¿Qué os parece?
Maite: Pues justo acabo de ver un tuit de Delaporte en el que decía que le parecía que cuando un cartel es todo masculino no se dice que es un festival masculino, sino simplemente un festival, y que cuando es al revés, es un festival femenino o feminista. ¿Por qué tiene que haber esa diferenciación? Vamos a un festival y, además, tenemos la suerte de compartirlo con bandas increíbles y que son amigas. Pero no entiendo que haya que remarcarlo.
Raquel: También La Zowi dijo hace poco algo similar. Creo que no es la manera, el meternos a todas en el mismo saco. Como somos chicas, vamos a juntarlas.
Maite: Lo bueno sería que si la representación femenina ya está ahí se iguale porque es natural, no porque se generen espacios como quien le pone la mesa de los niños en una boda para que se sienten allí. Hay que avanzar para que esté todo tan equilibrado para que sea lo normal.
Al hilo de esto que decíais, de vosotras se suele decir que sois feministas, empoderadas, subversivas, rebeldes, activistas... ¿os encasillamos en ciertas etiquetas?
Raquel: Yo creo que eso es una reacción fácil, identificarnos con algo muy concreto o llamativo. La gente se queda en la cabeza con que somos un grupo feminista y tenemos un mensaje concreto. Pero es un poco a veces un poco cansado. Tenemos mucho más que el hecho de ser reivindicativas. Creo que lo importante del grupo es que hacemos música y tenemos inquietudes.
Maite: Estamos en un país en el que la cultura está devaluadísima. Nadie abre una revista para leer prensa musical. La abres y si lo que te encuentras es un titular llamativo, lo lees. ¿Y qué se puede sacar jugoso de una banda que sale nueva, que hace punk y son todo chicas? Que son rompedoras, feministas y mal habladas. Es un poco triste.
Lo que sí es innegable es que habéis introducido en la escena musical temas y perspectivas que antes no solían llegar al público de una manera tan directa. ¿Cómo os hace sentir eso?
Maite: El disco nuevo también viene fuerte (se ríe). Nos apetece mucho. Igual que a nivel sonido nos gusta probar y experimentar, nos gusta plantear temas de los que no se hablan tanto y que son importantes. Se puede hacer música de ellos. No siempre tiene que ser amor o desamor.
"Las letras de nuestras canciones son bastante honestas y decimos cosas que realmente nos pasan y sin ponerle mucha floritura o adornarlo mucho. Eso nos puede diferenciar"
¿En qué diríais que marcáis la diferencia con respecto al panorama musical actual?
Maite: Quizás las letras de nuestras canciones son bastante honestas y decimos cosas que realmente nos pasan y sin ponerle mucha floritura o adornarlo mucho. Eso nos puede diferenciar. Y en los conciertos se nota que hay muy buena energía entre nosotras.
Raquel: De hecho, en los conciertos en donde no nos conocen siempre nos llevamos un feedback muy bueno. Somos bastante honestas y auténticas en directo. Cuando estamos tocando estamos haciendo algo que nos gusta mucho y procuramos pasarlo muy bien.
¿Y un gran sentido del humor, no?
Raquel: De la hostia (se ríe).
Maite: Es comedia todo el rato. Tenemos el set preparado y sabemos lo que vamos a hacer, pero el tema de hablar nos sale solo. De repente a una se le cruza el cable y cuenta un chiste.
¿Os ha pasado que alguien os haya dicho 'echad el freno' con los comentarios?
Maite: La verdad es que no. Nos dejan ser.
Raquel: Nadie nos ha dicho que paremos los pies. Yo creo que es porque lo hacemos genial.
Maite: Nosotras mismas yo creo que antes en las entrevistas éramos muy bastas, hablábamos todo de una forma más desenfadada y cuando las leíamos o las escuchábamos decíamos "madre mía". No podíamos salir así. Eso sí lo hemos corregido, pero lo demás no.
Además, me da la sensación que tampoco habríais hecho mucho caso a quien os dijese algo así, ¿no?
Maite: No, no somos así ni en el ámbito laboral ni en el personal. Tiene que ver bastante con la forma de ser que tenemos. Si hay algo con lo que no estamos de acuerdo pero nos lo plantean bien, somos bastante cautas. Pero a veces no nos apetece decirlo tranquilas y nos cabreamos.
Lo último, por ahora, que hemos escuchado de vosotras ha sido una colaboración con Zahara. ¿Cómo ha sido trabajar con ella y qué habéis aportado a su música?
Maite: Cuando Zahara nos planteó trabajar con ella no nos lo creíamos mucho. Siempre teníamos la sensación de que en algún momento nos iba a decir que había encontrado a otra persona. Pero no, de verdad quería tocar con nosotras. Rompimos un poco la canción a nivel sonido. ¿No querías punk? Pues toma. Aunque ella llegó a decirnos que quería más.
Raquel: Toda la guitarra que metimos fue a raíz de un ensayo con ella en el que nos dijo que probáramos a darle más tralla. Nosotros aceptamos todo lo que nos pidió.
Y ya para terminar, retomando lo del concierto en Marín, ¿qué puede esperar el público de vosotras?
Maite: Pues yo creo que un grupo que está en un punto muy bueno de conexión entre sí y un directo divertido, alegre y lindo. Creo que ver un concierto nuestro es bonito, no solo porque te rías o bailes, sino porque hay una parte sentimental muy chula.