"La corrupción no es la mejor manera de conseguir los objetivos, se acaba pagando"
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Fernando Quevedo Sánchez (Madrid, 1978) recorre a diario las calles de Pontevedra desde la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional. Antes, realizó un trabajo más en la sombra desde el Greco-Galicia. Dos tareas muy diferentes que le han permitido pulsar la profesión y la criminalidad del entorno y que ahora aparecen reflejadas en su primera novela, Prohibido Madrugar, una ficción policíaca con dosis de humor basada en casos reales que el viernes 17 de enero presentará a las 19.30 horas en el Liceo Casino de la mano de Manel Loureiro y que, hasta ahora, por deferencia, ya ha leído el comisario pontevedrés, aunque "todavía no tengo su opinión, no sé si se lo habrá acabado"
Un policía escribiendo novela policíaca. Tú eres de los que se lleva el trabajo a casa...
Yo tenía claro que quería escribir y un muy buen amigo me dio un consejo. Escribe algo de lo que sepas y como de algo puedo saber un poquito (porque del resto, nada) es de mi profesión, pues decidí escribir por ahí.
Escribes de lo que sabes Entonces, ¿te has inspirado en casos que has vivido? ¿Es una novela basada en la realidad?
Claro. Tengo la inmensa suerte de que he trabajado, he visto cosas muy extrañas, he visto casos muy complicados y ha sido un poco en vez de escribir un anecdotario he querido darle forma de ficción con una novela, pero con casos absolutamente reales.
¿El lector podrá reconocer algún caso ocurrido en Pontevedra o alguna ubicación de aquí?
Desde luego, de la operación Nécora hay algún reflejo, el Pazo Baión Aquí e Pontevedra capital ocurren ciertas anécdotas, pero hay algunos otros que ni siquiera se han cerrado, entonces, no puedo hablar de ellos... Y a lo mejor alguien se ve reconocido.
Ficción policiaca basada en hechos reales, es un abanico amplio. ¿Cuál es el argumento de Prohibido Madrugar?
Empieza con un asesinato de una persona que está bajo vigilancia por un asunto de crimen organizado. La investigación se les estropea y deciden ir un poco más allá. A su vez, hay una periodista que se mete donde no le llaman y es esa mezcla de intereses y esa mezcla de objetivos que hace que empiece todo a torcerse. Hay dos protagonistas, un policía y una periodista, aunque el protagonista básico es el policía, que es el que prácticamente tiene todo el peso de la novela.
¿Ese policía podrías ser tú? ¿El libro tiene algo de biográfico?
No. He querido no ser yo un personaje porque lo cuento como lo he vivido, en tercera persona. Todo lo que ocurre en la novela son cosas que yo he visto y, por lo tanto, lo cuento como si lo narrara yo.
Entonces, ¿qué tipo policía es este protagonista?
Quizás un Torrente. Un policía malo, por supuesto, alcohólico, corrupto, mujeriego. Tiene todos los elementos malos y negativos que se pueden encontrar en un policía y, de hecho, tiene consecuencias muy graves para él. Uno de mis objetivos ha sido casi humillarlo y maltratarlo.
Que un policía hable de la parte más oscura de la profesión, ¿no crees que puede generar una mala imagen del Cuerpo en la ciudadanía?
No deja de ser ficción. Igual puede tener una lectura positiva como que la corrupción no es la mejor manera de conseguir los objetivos, se acaba pagando. Desde luego, por ser como es, no le va a ir nada bien a este policía.
¿Crees que vas a conseguir que la gente de la calle conozca con más fidelidad lo que es ser policía o que se va a desvirtuar la imagen que tiene?
No, porque también hay policías honrados, honestos, decentes y simplemente cuento cómo han sido policías de otras generaciones que han tenido otras experiencias, otra forma de actuar. Algunos de los policías que salen han trabajado en la Dictadura y no han tenido las obligaciones que hay ahora, con las leyes y bueno, pues afortunadamente esa manera de ser se está perdiendo.
Por lo que describes, parece una novela con moraleja. ¿Se cierra el caso y se pueden extraer lecciones?
Eso es un poco el final de la novela, entonces, no lo quiero desvelar, pero sí adelanto que habrá segunda parte. Estoy trabajando en ella. Llevo aproximadamente la mitad e intentaré antes de final de año presentar una segunda parte. Si en esta novela hablo del crimen organizado, en la siguiente hablaré de la lucha anti-terrorista y si sigo escribiendo querré hablar de otros temas digamos escabrosos pero que sean continuación unos de otros.
"Nos vamos a encontrar sexo crudo, muertos, intriga, todo contado de una manera directa, muy clara y, sobre todo, breve, sin aburrir"
Además de la investigación policial y periodística, ¿cómo describirías el contenido de tu novela, qué hay alrededor de esa trama?
Nos vamos a encontrar lenguaje directo, nos vamos a encontrar sexo crudo, nos vamos a encontrar muertos, intriga, pero todo contado de una manera directa, muy clara y, sobre todo, contado de una manera breve, sin aburrir. No es una novela larga, son 260 páginas, 60.000 palabras.
¿Por qué ese título, Prohibido madrugar? ¿Está prohibido madrugar en la ficción que recreas?
Sí. Aquí se ha prohibido madrugar. Igual que se puede prohibir madrugar, el Estado ha prohibido muchísimos otros comportamientos para defenderse no se sabe muy bien de qué. Es lo que se llama Derecho Penal del enemigo, es una figura penal que lo que viene a sancionar son comportamiento en vez de resultados como puede ser un homicidio, como puede ser una violación. Digamos que es el Estado la manera que tiene de protegerse en el futuro. Es como declarar un estado de excepción sin declararlo.
El Derecho Penal del enemigo es un concepto muy poco conocido. ¿Lo entenderá el lector, se ve reflejado?
Se ve quien pueda leer entre líneas. Igual que se puede prohibir madrugar, se puede prohibir escribir con faltas de ortografía o se puede prohibir traficar con drogas. Porque el tráfico de drogas no es un mal directo a nadie, no lesiona ningún bien jurídico a nadie, sin embargo está penado y muy penado porque causa unos efectos indirectos.
Se podrá reconocer a Pontevedra en el argumento, ¿qué sensación te gustaría que despertase en el lector pontevedrés? ¿Estamos seguros en Pontevedra?
Sobre todo, que estén tranquilos que los policías como salen en el libro no existen en la realidad, somos personas normales, corrientes que podemos estar tomando un café al lado de uno y no les tiene por que pasar nada. Estamos seguros, todo lo seguro que se puede estar en un lugar de España.