El waterpolo pontevedrés, en el dique seco
Por Manu Otero
La liga gallega de waterpolo ha comenzado este fin de semana pero entre los participantes no se encuentra el CW Pontevedra. La pandemia ha retrasado el inicio de la competición hasta el mes de abril, pero ha sido la planificación por parte de la Fegan y los complicados trámites necesarios para competir los que han motivado la baja del conjunto lerezano.
"Queremos jugar, tenemos muchísimas ganas", reconoce Javi de Saa, director técnico del club. Sin embargo, la intención inicial de comenzar a competir en enero no era compartida por la directiva del club, que no lo consideraba seguro dado el repunte de casos de covid-19 que se avecinaba después de la Navidad. "Al final se aplazó a abril, pero no reabrieron el plazo y no pudimos inscribirnos", explica el entrenador, que ya tiene asumido que el primer equipo del club no va a participar este año en la liga.
Tampoco lo harán los equipos de la base porque desde la Federacion Galega de Natación no se ha organizado la competición. Sí que habrá, en cambio, campeonatos de primavera para las categorías de formación. Todas menos juveniles, algo que tampoco comprenden en la cúpula pontevedresa.
El regreso de los equipos a la competición está previsto para el inicio de verano, cuando están programados campeonatos autonómicos de diferentes categorías. "En la absoluta inscribiremos también al equipo juvenil", adelanta de Saa, reacio a que el principal equipo de la cantera se pase un año en blanco.
"Están deseando jugar y pelearse un poco en el agua", reconoce el preparador, quien pone en valor el compromiso de todos los jugadores que, a pesar de no poder entrenar con contacto y de la falta de partidos, siguen acudiendo a entrenar con regularidad tres días por semana.
Aunque no está el CW Pontevedra, la competición autonómica sigue adelante con el resto de equipos y bajo un exigente protocolo encaminado a minimizar los riesgos de contagios por covid-19. Cada 14 días, todos los jugadores de cada uno de los equipos deben someterse a un test de antígenos, el que no lo haga no podrá jugar.
Los gastos los asume al 50 % la Fegan, mientras que la otra mitad deberán pagarlo los clubes con cargo a una subvención prometida por el gobierno autonómico. Aun así, la necesidad de contar con un profesional que practique los test y los analice supone un esfuerzo económico y estructural que en el equipo pontevedrés no podrían asumir. Un motivo más por el que este año los rivales del cuadro pontevedrés tendrán menos complicado conseguir el título de campeón gallego.
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