Un arbitraje que desquició a equipo y grada pese a la goleada
Por Diego Espiño
Dos expulsiones, una al banquillo y otra a un futbolista, y multitud de cartulinas amarillas provocaron que uno de los temas de conversación en el Estadio Municipal de Pasarón en el duelo frente al Guijuelo fuera el arbitraje del asturiano Martín Agudo Daza, incluso con un resultado final de 5 goles a 0.
Lo cierto es que el trío arbitral no tuvo su mejor día en Pontevedra, dejando pasar sin amonestación infracciones muy protestadas y castigando otras similares creando cierto desconcierto en los jugadores.
La primera amonestación llegó a los 14 minutos, ya con 2-0, a Rufo y por "golpear a un adversario con el brazo en la cara de forma temeraria", explica el acta arbitral.
En el minuto 30 llegaría la primera amonestación a Samu Mayo, por "zancadillear a un contrario de forma temeraria en la disputa del balón, evitando un ataque prometedor". En este caso, aunque la tarjeta fue clara, llegó tras un claro penalti por agarrón a Chiqui no señalado, y que empezó a enfadar a la parroquia local, a lo que se sumaron acciones similares sin castigo poco después.
A los 43 minutos llegaría otra de las jugadas clave, la segunda amonestación, con su consecuente expulsión, de Samu Mayo, al "golpear a un adversario con el brazo en la cara de forma temeraria".
Fueron los minutos más polémicos, con protestas por ambos bandos que supusieron la primera tarjeta al equipo visitante pero también una amonestación a Moncho, que ejercía de delegado del Pontevedra, y la expulsión del segundo entrenador granate, Álex Otero, por "protestar nuestras decisiones en tono de voz elevado, saliendo del banquillo y levantando los brazos en señal de disconformidad", explicó Agudo Daza en su acta.
Ya en la segunda mitad, Chiqui vio también una tarjeta amarilla "por zancadillear de forma temeraria a un contrario", en la acción justo posterior a un clamoroso agarrón en una acción de ataque en la que terminó perdiendo el control del balón.
Los granates reclamaron además un segundo penalti en un contragolpe en el que Toño Calvo terminó siendo derribado dentro del área.
Por fortuna, tal y como reconoció Yago Iglesias en la rueda de prensa postpartido "hemos sabido leer todas las situaciones del partido", explicó el técnico, y es que nada de ello terminó influyendo en un amplio resultado que supone el segundo triunfo de la temporada para el Pontevedra.
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