La capital gallega con la población menos envejecida
Por Redacción
La movilidad poblacional, voluntaria o inducida, la natalidad y mortalidad son las variables que hacen oscilar las estadísticas poblacionales. Las dos primeras pueden tener un elemento propiciatorio: un óptimo modelo urbano.
En el caso de Pontevedra, las estadísticas sitúan a esta capital como la única de las siete grandes ciudades gallegas con población en aumento. De hecho, según los datos del padrón de habitantes, a cierre de 2014, había 83.464 personas censadas en el municipio, casi un centenar más que un año antes.
El incremento responde: a un crecimiento vegetativo positivo -los nacimientos superaron a las defunciones-; y a una subida de las personas que fijaron su residencia en Pontevedra.
Por el contrario, se evidencia un porcentaje de bajada a cierre de 2014, el de la inmigración, un 13,09% y que fijaba la población extranjera en Pontevedra en 3.027 personas.
Analizando algunos parámetros de la estructura poblacional, los datos estadísticos evidencian que el indicador de envejecimiento de esta capital es el más bajo de las siete grandes ciudades gallegas, con un media de edad de 42,8 años. Aunque la diferencia resulta ínfima, la tendencia resultante es el aumento de la población menor de 20 años, frente a la mayor de 64 años.
Algo más de la mitad de esta población, concretamente un 57,3%, nació y reside en Pontevedra. Un 27,7% es natural de otro concello o provincia gallega; mientras que un 15% reside en esta ciudad pero pertenece a otras comunidades autónomas o países.
La zona urbana de Pontevedra concentra el 75,24% de la población, y es donde se produce el incremento poblacional. Por el contrario, la zona rural del municipio perdía en el último año un 1,5% de su padrón.