Una exención de impuestos, el privilegio de un rey impotente que originó la Feira Franca
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Por Oskar Viéitez
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© Museo de Pontevedra
El 17 de mayo de 1467, el rey Enrique IV de Castilla le otorgó el privilegio a la villa de Pontevedra de celebrar una feria franca 15 días antes y 15 días después de la fiesta de San Bartolomé.
El Museo de Pontevedra conserva una copia, fechada en el siglo XVIII, del documento que lo originó.
Enrique IV de Castilla también pasó a la historia como el rey impotente "por culpa de un hechizo". Era hijo primogénito del rey de Castilla Juan II y hermano de Isabel "la católica". Recién cumplidos los 15 años lo casaron con la infanta Blanca de Navarra para que tuviese descendencia cuanto antes, pero el bebé no llegaba. El matrimonio nunca fue consumado y fue declarado nulo. Los médicos de palacio dijeron que el monarca tenía un miembro inservible para la fecundación.
En mayo de 1453 un obispo aseguró que ese enlace no podía ser válido por culpa de un hechizo, de una "maldición sexual". Al morir Juan II en 1454, Enrique fue proclamado rey de Castilla y se casó casi de inmediato con Juana de Portugal. Pero en segundas nupcias la cosa no fue mejor: tuvo una hija a la que llamaron "fruto del adulterio" de la reina y provocó la Guerra de Sucesión castellana.
En lo que a Pontevedra se refiere, Enrique IV premió a la villa su fidelidad concediendo un mercado libre de impuestos durante un mes. "Que los vecinos de la dicha villa como de otras cualquier partes, de mis reinos o fuera de ellos, que vinieren a la dicha feria no paguen alcabala alguna de las mercancías, ganados, cosas o bienes, que compraren o vendieren".
Todo eso intramuros, porque de puertas a fuera la fiscalidad pertenecía al Arzobispado de Santiago. Ya se cuidaban los munícipes de no llenar las arcas del monseñor a costa de un burgo en pleno desarrollo que suspiraban por crecer más allá de sus murallas.
La concesión de la Feira Franca coincide con un periodo de pujanza económica de la ciudad, que se prolonga hasta las décadas finales del siglo XVI. En aquel entonces la pesca y el comercio eran los dos pilares del desarrollo económico de Pontevedra, entonces la villa más poblada de Galicia.
El Concello de Pontevedra decidió, a partir del año 2000, rememorar dicho privilegio, organizando un mercado medieval en la Praza de Ferrería, con el objetivo de que las gentes de su ciudad se implicasen en recrear dicha historia.
Desde entonces, esta celebración, denominada Feira Franca, se ha ido volviendo cada vez más popular, atrayendo a miles de visitantes y convirtiéndose en uno de los atractivos turísticos más importantes de la Boa Vila, que se celebra cada año durante el primer fin de semana de septiembre.
Esta celebración fue considerada en el año 2013 por el Consello de la Xunta como fiesta de interés turístico de Galicia una decisión en la que se valoró la singularidad y originalidad, el valor cultural y el arraigo cultural de la Feira Franca.
Según la Xunta "esta celebración registra anualmente una alta participación tanto de los vecinos como de los turistas ataviados con vestimentas de la época y respetando en todo lo posible la estética del período recreado".