Alba Piñeiro
Playas con pedigree
En junio comienza el verano y con él, la temporada de vacaciones. Muchas son las ofertas para disfrutarlas, siendo la opción de visitar la playa una de las más recurrentes.
En Galicia, teniendo unos 1.200 kms de costa no nos faltarán opciones de visitar las playas. Además, somos la comunidad autónoma con más banderas azules (128), siendo Sanxenxo el municipio más agraciado, con 14 del total de 59 que se han otorgado a la provincia de Pontevedra.
Por supuesto que tener la citada insignia no convierte a una playa en inmejorable, pero garantiza que en buena medida cumple criterios básicos de legalidad, accesibilidad, sanidad o seguridad: limpieza, mantenimiento óptimo, ausencia de elementos contaminantes (vertidos industriales, aguas residuales), etc.
La bandera azul resulta ser más que un distintivo de calidad: se trata de un elemento de promoción. El turismo es uno de los pilares económicos de las zonas costeras, con lo cual las condiciones de las playas pueden mermar o incrementar el número de visitantes y por ende, la economía.
Quienes aquí se queden a disfrutar de nuestras playas gallegas, deben ser conscientes de que diversos factores que hacen a una playa merecedora de una bandera azul son controlables. Uno de ellos es la limpieza: si llevamos algo que genera un desperdicio, no cuesta nada guardarlo en una bolsa y tirarlo cuando se pueda en una papelera, en lugar de enterrarlo en la arena. Resulta sumamente incómodo para el que luego llega estirar la toalla y toparse con envases terminados de bronceador, cáscaras de plátano y similares.
Los que quieran visitar otras playas del litoral español, pueden revisar la relación de cuáles han conseguido el preciado distintivo. Que también sean conscientes de que cuando se visita se va a disfrutar y no a destruir. Que nadie conocido te esté viendo no es una excusa para dejar de ser civilizado.