Alba Piñeiro
Diciembre hedonista
Empieza diciembre y con él, el ambiente navideño: luces que se encenderán en las calles, decidir qué regalos se harán y a quién, preparar las reuniones familiares y la despedida del año por nocheviejaY como no, asistir a las cenas con los colegas del trabajo o de los estudios.
Las cenas son un asunto controvertido, hay dos maneras de tomárselo: con mucha ilusión o con verdadera voluntad de no aparecer en ellas. Ilusión, por reunirse todos y disfrutar de la velada. Ausentarse, porque no nos caiga bien aquel grupito insoportable de criticonas, por no aguantarle al gracioso oficial los chistes absurdos y hasta hirientes (no, en nombre del humor no todo vale), porque nunca nos relajaremos del todo, ya que no es propiamente nuestro grupo de amigos, sino un grupo de personas (jefes incluidos) con las que tienes que interactuar para sacar adelante un proyecto o varios Sea como fuere, ante todo recordemos que ir a una fiesta es algo voluntario. Nadie debe presionar al que no quiera apuntarse, sus razones tendrá. Si un grupo de personas se reúnen en una cena que sea para disfrutarla, las caras largas sobran.
Por otro lado, no debemos olvidar que los excesos pueden desembocar en indisposiciones relacionadas con el aparato digestivo y todos debemos de poner de nuestra parte para que no suceda. Moderación, seleccionar un menú adecuado a lo que podemos tolerar, elegir bien el establecimientoSon cosas que están en nuestro control directo.
A los establecimientos, hagámosles un llamamiento para que tomen las precauciones necesarias al atender a los clientes: extremar las medidas de limpieza, no contratar a quien no sepa o no acredite saber manipular correctamente alimentos, no adquirir productos en un estado mejorable con el fin de abaratar costes, cumplir las normativas estipuladas al respecto
Buen comienzo de diciembre y cuidado con los abusos en cuanto a la comida y bebida, ¡máxime a la hora de coger el coche!