Carmen Novo Colldefors
Cosas de la vida: Habemus Papam
Después de la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI, cuyos motivos no veo del todo claros: si no tiene fuerzas, si está enfermo, si no puede con la corrupción del Vaticano, etc., salió la Fumata Blanca, esa que de niña pensaba que la mandaba el Espíritu Santo, anunciando la elección de su sucesor. El Papa Francisco.
Como era de esperar, ya que el mundo al fin y al cabo es como un patio de vecinos muy grande, empezaron los dimes y diretes acerca del pasado que persigue al cardenal Bergoglio.
A mí, personalmente, me ha gustado el nombre que ha elegido: Francisco, por San Francisco de Asís, el santo de la pobreza y de la paz, según sus propias palabras. Me hubiese convencido aún más si hubiese añadido "el santo de los animales", porque según recuerdo- el santo sentía un gran amor hacia ellos, tan olvidados por el catolicismo.
Al parecer, el Papa Francisco destaca por su humildad y sencillez, por la falta de ostentación de la riqueza, lo que siempre en mi opinión- es, al menos, más coherente que la exhibición de las joyas y demás tesoros que guarda el Vaticano. Esperemos que no se quede solo en apariencias. Por lo visto, lavaba los pies a los pobres, iba en autobús y otra serie de anécdotas bonitas cuentan sobre él.
Pero no podía faltar el lado escabroso, cuya veracidad no está demostrada, al menos, por el momento: Hay quienes aseguran que estuvo al lado de la Dictadura argentina y que incluso entregó a dos jesuitas, que fueron torturados, así como que se opuso a reabrir los procesos contra militares del antiguo régimen. En este sentido, me parece extraño que Jalisc, uno de los jesuitas secuestrados en 1976, haya declarado que se reconcilió con Bergoglio y que para él es un asunto cerrado. ¿Por qué había que reconciliarse? Y ¿por qué rehúsa hablar de los acontecimientos, limitándose a decir que no puede juzgar el papel de Bergoglio en esos sucesos?
Por otra parte, también se ha dicho que el nuevo Papa afirmó en 2007 que "las mujeres son naturalmente ineptas para ejercer cargos políticos" y que "el orden natural y los hechos nos enseñan que el hombre es el ser político por excelencia; las Escrituras nos demuestran que la mujer siempre es el apoyo del hombre pensador y hacedor, pero nada más que eso!. ÿl lo niega, por supuesto.
Sin embargo, las críticas que ha recibido por ser contrario al matrimonio entre homosexuales y al aborto, aunque respetables, me parecen absurdas. No, porque yo sea partidaria o no de tales hechos, sino porque es la línea de la Iglesia Católica y no se puede esperar, entiendo, un cambio radical en su ideología. Solo espero que no vaya a los países del Tercer Mundo a hablar en contra de los métodos anticonceptivos; que no encubra la pederastia, algo inaudito con lo que nos hemos encontrado y que no puede negarse y que acabe o, al menos, se enfrente con la corrupción del Vaticano, tarea seguramente muy difícil y tal vez arriesgada, pero necesaria. Si quiere una Iglesia pobre y para los pobres, no cabe duda de que tendrá mucho trabajo.
En fin, que el Papa Francisco habrá de demostrar con hechos lo que ahora predica, afirma y niega.
18.03.2013