Alba Piñeiro
Tú me quieres blanca, tú me quieres alba
Tú me quieres alba... Obsérvese que escribí mi nombre en letra minúscula: no estoy hablando de mí, ni la frase es mía. Es un verso de una señora naturalizada argentina que se llamaba Alfonsina Storni. Podrá no haberse leído y sin embargo no falta quien haya escuchado la canción "Alfonsina y el mar", que además incluye fragmentos de su última poesía. La primera en cantarla fue Mercedes Sosa, otra señora argentina en cuyo velatorio se arrancaron espontáneamente a entonarla. Alfonsina se adentró en una playa para acabar con su vida tras una larga enfermedad.
Tú me quieres blanca…. Volvamos de nuevo al poema que inicia este texto: alba significa blanca. En minúscula, de nuevo. Mi madre se llama Blanca, pero no estoy hablando de ninguna de las dos (usted, querido lector, se imaginará que porqué me llamo Alba, sin necesidad de que le explique más; de todos modos sí acotaré que Storni no tuvo nada que ver, Alba es Blanca en gallego, pero al inscribirlo nadie se acordó de que para ser en gallego había que escribirlo con uve, Alva). Alba o blanca, palabras sinónimas y el blanco en términos generales es un color asociado a la inocencia y a la pureza. Y de eso iba el poema: de la presión por ser casta y pura y a la vez la intimidación para no serlo.
Estos días una chica de 30 años y madre de dos niños menores de 5 años se suicidó tras difundirse un vídeo erótico de ella con una pareja anterior que no soportó la negativa a no volver con él. Parafraseando a la canción "Alfonsina y el mar", sabe Dios qué angustias la acompañaron para llegar a eso.
El suicidio de la poetisa argentina fue cosa de ella, el suicidio de la chica del vídeo vino dado porque la angustia se la indujo la sociedad en la que vivía. El punto en común es el acto de acabar con la propia vida, el punto de comparación no lo hay. Fracasamos como sociedad cuando dos personas aparecen en un vídeo sexual que se difunde por uno de los dos que salían y el chico es un machote, la chica una promiscua. El chico la difundió como represalia a no volver con él y era muy consciente del daño que hacía y de la mentalidad colectiva. Todos los que colaboraron en difundir el vídeo, todos los que reían o afeaban que ella apareciera en la filmación, todos los que murmuraban al pasar ella comentando el hecho, todos los que se lo tomaron a broma, todos los de recursos humanos que consideraron que era algo que atañía al ámbito privado, que no había que meterse, que no le prestaron ninguna atención porque era una tontería…Todos ellos, si la incitaron o no a poner fin a su existencia lo tendrá que decidir un juez; si colaboraron corroborando la mentalidad y la previsión del comportamiento psicológico y sociológico del chantajista y acosador es demasiado obvio.
Pornovenganza…La nueva masculinidad es más vieja que nunca. Esta es la forma en que entienden los niñatos (no me importa si tienen 50, 25 o 15 años) el ser hombres. Y esta es la moral imperante, refrendada por todos los que se regodearon con el hecho: todo lo que sea que una chica diga "no" a conocerse, a una relación sentimental o a tener sexo es un fracaso masculino y por supuesto, la chica que se niega, es una malditísima zorra y que a saber quién se cree que es para decir que no. No importa que la chica esté casada y tenga un niño al que faltan meses para cumplir un año, no habría importado si tuviese novio y su negativa fuera acto de fidelidad y e incluso menuda zorra redomada si sin pareja, ni alguien que le guste en el horizonte, se niega a tener algo.
Si tienes sexo con un chico y el chico te filma con tu consentimiento, no tiene derecho a usar la filmación como arma arrojadiza. Está cometiendo un delito, de hecho. Repitamos todos, como un mantra: si el sexo es algo pecaminoso el chico sale en el vídeo también y además, chantajea a la chica con eso. No la chantajea por infiel, la chantajea por haber tenido sexo filmado. Y a lo mejor la presionó para poder filmarla. Acoso psicológico por todas partes: exceso de castidad por no ceder a una petición sexual y exceso de promiscuidad eternamente punible en lo moral por haber accedido. Dicho de otro modo: si pasas la frontera de dejar de ser una dama, no tiene remedio después (sí, es una completa barbaridad con la que yo particularmente estoy en marcado desacuerdo y por eso señalo a quienes actúan y piensan así). Como el mal tiene una fuerza arrolladora, decir "no te filmes" puede hasta tener sentido (aunque la solución no sea esa, ni mucho menos).
Tú que el esqueleto conservas intacto no sé todavía por cuáles milagros, me pretendes blanca (Dios te lo perdone). Esta situación no es consecuencia de las nuevas tecnologías, las nuevas tecnologías generan un limbo en el que sale a flote qué tienen verdaderamente dentro estos malnacidos (o malnacidas, a pesar de que tengan más probabilidades que los chicos de ser acosadas, las chicas también pueden ser acosadoras, no lo olvidemos). Si alguien te dice que "no" en equis contextos y le quieres amargar la vida con eso, seas chico o chica, confirmas lo poco que vales al llevarlo a cabo, exponiendo por añadidura la cultura de la violación que tienes interiorizada: preguntas para no cometer el delito de forzar, pero dios nos pille confesados si la respuesta no es la que esperas.
Con el maltrato en el ámbito de la pareja o expareja hay concienciación. Con el acoso y control, antesala de todo lo demás, no la hay tanta. Seguimos tomando a broma cosas que son muy serias, seguimos diciendo que pertenece al ámbito privado que una persona se enfade con otra y tome represalias tras una negativa…Y los entornos de rechazador y rechazado siguen apoyando al rechazado en nombre del romanticismo o de quién es más amigo. Apoyar a tus amigos, siempre. Apoyar a amigos acosadores, te convierte en cómplice.
Las empresas de telefonía y redes sociales son las primeras que deberían tomar cartas en el asunto: censurar palabras (adjetivos) que atenten contra la libertad sexual; recordar al compartir un vídeo, el que sea, que difundir equis contenidos te hace cómplice, dejar de dar información sin cortapisas de los hábitos de conexión y de todas las acciones que hace alguien en línea o permitir más opciones para regular qué se comparte y con quien, crear un protocolo antiacoso permitiendo un cambio rápido de número de teléfono…
Basta de que cuando fumas tengas que ver fotos feas y te recuerden que fumar mata y que cuando eres un rancio que apoya el coartar la libertad de otro para hacer valer los privilegios de uno, nadie te diga nada… Entendemos que lo de fumar es una cuestión de prevención y de salud pública, ¿no? Pues lo del acoso psicológico, el chantaje sexual o por causas sexuales y el maltrato o control, más de lo mismo.
La presión social es el mejor aliado, del bien y del mal. Hagámoslo aliado del bien. La moral, la costumbre y los usos sociales tal vez nos definan como sociedad más que las leyes, ya que a veces estas están por debajo (condenan algo que no está mal, o que como mal está superado) o demasiado por encima (condenan algo que está muy mal, pero la mayoría no lo ve así) de la sociedad a la que regulan. Hagamos sentir mal al que pretende anular la libertad de los demás gratuitamente y apoyemos a las víctimas, en lugar de ser cómplices de los verdugos. Interioricemos que el sexo es algo privado para todos y que, si una cosa está mal, está mal para todo el mundo. Interioricemos que la mujer no se degrada por vivir su sexualidad de forma libre, ni el hombre es un ligón y un machote por haber conseguido sexo. El campeón o campeona lo será quien respete el "no" sin presiones, ni represalias, porque significa que es lo suficientemente fuerte para conseguirse otro amor.