Paloma Castro
Mientras tanto, el emérito en Sanxenxo
La presencia del Rey Emérito en Sanxenxo ocasionó estos días un boom mediático casi sin precedentes.
Nuestra ría, escenario de ese boom, protagonista del desembarco masivo de la prensa pendiente del más mínimo suspiro de un Emérito que regresaba a casa temporalmente tras poner tierra de por medio y de igual modo por cierto, se volvía a Abu Dabi sin decir esta boca es mía en relación a los escándalos que propiciaron su marcha.
Algunos asistimos atónitos a este exceso de información y añoramos con cierta, o mejor dicho, mucha envidia, ese altavoz mediático que ocasiona que nadie en este país haya podido quedar al margen de esta visita, al contrario que muchas otras cosas que están sucediendo de forma coetánea y que no han ocupado más de dos líneas.
Porque mientras el Emérito navega por aguas pontevedresas, el Gobierno de España acaba de aprobar el reparto de 1.239 millones de euros para la Formación Profesional, que permitirá a miles de jóvenes acceder a un empleo y en consecuencia independizarse y poder iniciar una vida digna; o ayudar a un sector fundamental como es el primario, aprobando un PERTE Agroalimentario que cuenta con una inversión pública de 1.800 millones de euros, que permitirá dotar a la cadena alimentaria de financiación para afrontar los retos medioambientales, digitales, sociales y económicos de la próxima década.
Mientras este gobierno invierte en empleo de calidad, mejorando las condiciones laborales del personal de la Administración Pública, aprobando una tasa de reposición del 110% en 2021 y del 120% en 2022, y reforzando a nuestros investigadores e investigadoras con una indemnización por finalización del contrato "predoc" y "postdoc" y 1.213 nuevas plazas de personal científico y técnico en OPIS, reconociendo así la labor que estos realizan e invirtiendo en futuro; o en un programa de vivienda en alquiler social dotado de 1.000 millones de euros para construir 20.000 viviendas en alquiler social energéticamente eficientes, lo que va a permitir que miles de familias en situación de vulnerabilidad puedan tener un hogar digno.
Mientras Pedro Sánchez y Nadia Calviño refuerzan en Europa el compromiso de cooperación de la UE con nuestro país en infraestructuras y digitalización y firman contratos de inversión con grandes multinacionales como Qualcomm, Intel, Cisco, Micron… Todos los focos apuntan al Emérito.
No es este un artículo para valorar la presencia del Emérito y su más que cuestionable comportamiento. Se trata de que lo lamentable de toda esta historia no invisibilice o haga pasar desapercibidas las medidas sin precedentes que desde el Gobierno del Estado se están adoptando para salir de esta crisis sin precedentes con un escudo social que sitúa a las personas en el centro de la acción política como nunca antes ha sucedido.