Rafael FJ Rios
Chile ma non troppo
La primera vez que supe algo concreto sobre Chile fue en la lectura de un libro que parecía oler a azufre escrito por el vulcanólogo Haroun Tazieff: Cuando la tierra tiembla. El gran terremoto de 1960 en la zona de Valdivia lo comentaba un sacerdote superviviente: en aquellos primeros tiempos de mocedad recordé para siempre cómo algunos barcos de pesca -los grandes, los que salen al Pacífico para el pescado de altura- fueron encontrados kilómetros río arriba arrastrados por el tsunami que siguió a los 9,6 de la escala.
En la segunda ocasión que me encontré con Chile su nombre figuraba en el titular de La Voz de Galicia del año 1973 del 12 de septiembre. Cogía el Castromil en la plaza de San José -mejor dicho, detrás de la plaza- para ir a Santiago a matricularme para aquel año universitario que comenzó en enero del 74 por la visión de un burócrata de la dictadura. Compré el periódico y allí aparecían los titulares del asalto al Palacio de la Moneda que acabarían con la vida del Presidente Allende y con la vía democrática al socialismo. Chile estaba muy presente en la información que obteníamos -sobre todo en la revista Triunfo: Manuel Vázquez Montalbán, Haro Tecglen, el mismo Régis Debray… incluso información de primera mano aportada por el español Joan Garcés, que ejercía de asesor del gobierno Allende-, en definitiva, era un asunto que toda la prensa clandestina trataba exhaustivamente en sus Mundo Obrero, Combate, Servir al Pueblo… etc
¿Vía democrática al socialismo? Un carajo. Por partes, como diría el poeta. Diez días después de la muerte del padrecito Stalin en uno de los teatros más grandes de Santiago de Chile se celebró un acto en su memoria: el pobre Pablo Neruda leyó su vil Oda a Stalin y el otro parlante fue Allende, ensalzando la figura del tirano comunista, luto de conmoción universal. Allende y la Unidad Popular consiguen la presidencia de Chile en las votaciones de 1970 con el 36,2 % de la votación -el centro y la derecha divididos obtuvieron el 35 y el 28%- pero fue nombrado Presidente con la aquiescencia de la casi totalidad del Congreso.
Desde el inicio de los años 60 el Partido Socialista de Chile se encontraba embebido de revolución cubana -el caimán le había regalado un fusil AK-47 que parece ser el arma con el que Allende se pegó un tiro- y sus congresos lo ratifican: Nuestra estrategia descarta de hecho la vía electoral como método para alcanzar nuestro objetivo de toma del poder… para alcanzarlo deberá usar los métodos y los medios que la lucha revolucionaria haga necesarios. La resolución final del Congreso de 1967 afirmaba que la violencia revolucionaria es inevitable y legítima… constituye la única vía que conduce a la toma del poder político y económico… Sólo destruyendo el aparato democrático-militar del estado burgués puede consolidarse la revolución socialista. Esta melopea totalitaria y tercermundista era el alpiste que recorría el mundo. El PSCh era el tercer mayor partido de occidente, después del PC de Francia e Italia.
Chile sufrió un desastre económico: venía de unos años no demasiado lucidos, pero la entrada del gobierno de UP precipitó de manera rápida la debacle. Establece un programa de expropiaciones que arrambla con negocios agrícolas, industrias mineras…; aumentos salariales hasta un 20% que generó en principio gran ilusión entre la ciudadanía si bien la alegría duró pocos meses. Dedicados a la máquina de hacer dinero toda la capacidad de compra se volatilizó por el aumento de la masa monetaria del 264%. La inflación siguió una escala de intensidad geométrica en los tres años 1971-73: un 35%, un 216% y un 605%. Controles de precios de diversos y variados productos, con lo que el desabastecimiento se generalizó a la vez que los sueldos eran ya un 30% inferiores a los de 1970. El artilugio de la inflación provoca el aumento del PIB en 1971, pero de inmediato Chile entra en recesión profundísima:
Las cuentas públicas se convierten en un desaguisado fiscal, con ingresos que bajan intensamente mientras que el gasto público crece de forma disparatada. Las reservas internacionales se hunden, la balanza comercial que hasta ese momento tenía superávit pasa a un déficit de 36 millones de dólares de la época. El mercado negro se dispara como única manera de escapar del desabastecimiento y las amas de casa chilenas se convierten en las primeras en hacer sonar las cacerolas vacías con manifestaciones una y otra vez en los últimos meses de gobierno de la UP. La situación económica era insostenible.
Pero lo verdaderamente importante no se desarrollaba en la economía, que también.
La democracia es un tejido resistente si se cumplen y acatan las leyes fundamentales. En el momento en que partes del cuerpo político comienzan a jugar sobre ese corpus fundamental de la nación a esta sí, ésta no, ese tejido muestra sus costuras abiertas,
la ciudadanía pierde la igualdad ante la ley, sean favorecidos unos u otros. Lo que queda no es una sociedad abierta y democrática. Lo que queda es un régimen inestable al albur de las castas ideológicas.
En una sociedad democrática los organismos independientes que velan por la aplicación de las leyes son los encargados del control del poder legislativo y del poder ejecutivo. En el gobierno de Allende y de la UP se suceden los atropellos reiterados a las resoluciones del Congreso, atropellos reiterados a las atribuciones del Poder Judicial, atropellos reiterados a las facultades de la Fiscalía General, atropellos reiterados a los derechos de los ciudadanos y de los medios de comunicación…tomaban la palabra en el Congreso chileno los diputados para decirle al gobierno que se estaba saltando la ley. Con 81 votos a favor y 47 en contra la Cámara declara que el gobierno de Allende había violado gravemente la Constitución chilena. Acusaban al Presidente y a su gobierno de violaciones concretas de la Carta Magna, incluyendo el amparo de grupos armados, detenciones ilegales, mordaza a la prensa libre, manipulación de la educación, confiscación de la propiedad privada… ¿les suena la música?
Los primeros decretos del gobierno de Allende fueron dos: indulto al MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), condenados por asesinatos, asaltos, secuestros, colocación de bombas, ametrallamientos… terrorismo. El otro decreto disolvía el Grupo Móvil de Carabineros, el encargado de controlar y luchar contra grupos violentos extremistas y el responsable de detener y poner a disposición de la justicia a los terroristas… que por el primer decreto quedaban libres.
Comenzó una oleada de asesinatos sobre el cuerpo de Carabineros y sobre los miembros del Ejército. Llegaron a asesinar al vicepresidente del Gobierno anterior a Allende. Los mismos que fueron indultados. En las comunidades agrarias las ocupaciones violentas acabaron muchas veces con crímenes: están documentadas más de 500 asesinatos entre propietarios y trabajadores que defendían las explotaciones. Varios empresarios de la industria y del comercio fueron asesinados por negarse a pagar el impuesto revolucionario, con historias espeluznantes de gente muy trabajadora con toda una vida dedicada a su negocio y a su gente. La actuación de los terroristas también tuvo como destinatarios a los miembros de los partidos políticos: asesinados. Intentaron asesinar al que sería presidente de Chile, Patricio Aylwin, mientras daba una conferencia.
Los asaltos de las juventudes del PSCh a emisoras de radio vinculadas a El Mercurio, el primer periódico de Chile y que finalmente Allende consiguió cerrar. Al final de su mandato, a partir de 1972, las valijas diplomáticas provenientes de Cuba trajeron 4.000 fusiles de asalto AK-47 de fabricación soviética. ¡Fueron almacenados en dependencias del Partido Socialista!
¿Cuándo comienza la tiranía?: lo define muy claramente un clásico, John Locke: la tiranía es el ejercicio del poder más allá de la Ley.
De estos tiempos no conozco otra situación política más terrible que la de Chile a partir de 2019, suceso a la altura histórica de los golpes de estado de facto realizados desde las calles para implantar una dictadura comunista. Una lección que contempla en unos meses los cuatro años del Plan Bolonia de la carrera ¿Qué es el Comunismo?
Porque toda la farfulla feminista, el cambio del clima climático, los vulnerables y desfavorecidos, Pinochet, la Constitución, las pensiones… se resume en tomar el poder, robar la propiedad y matar la libertad a golpes. Chile destruido. Ésa es la farfulla.
Sucesivos gobiernos han debilitado las instituciones de policía en la nación chilena. Los cuerpos de Policía han visto limitadas sus capacidades para prevenir e investigar acciones terroristas y acciones delictivas a mayor escala. La respuesta del Estado también se ha visto debilitada desde hace años por intervenciones en distintos órganos y poderes, como el Ministerio Público o las Cortes de Justicia, que cualitativamente son de baja efectividad en la investigación de las condenas a terroristas y delincuentes, y también de forma frecuente reflejan sesgos ideológicos en sus acciones y decisiones: grupos de parlamentarios apoyan explícitamente la violencia o bien la apoyan tácitamente mirando para otro lado, poniendo los intereses de partido por encima de los de la nación, contribuyendo a demoler las instituciones y la estabilidad del país. ¿Les suena?
¿Qué Constitución quiere Bildu, Podemos, Esquerra, el BNG ? La que ellos decidan, un régimen a su medida en la que los españoles no vamos a tener los derechos de una democracia abierta y libre. ¿Qué Constitución quiere el Partido Socialista Obrero y Español? La que le mantenga en el poder: juntarse con los anteriores en su ataque a la nación y a los derechos de los ciudadanos iguales: ataques a su propiedad, a su lengua y a su libertad. Unos demócratas de tomo y lomo. ¿Qué querían Boric y todos los mariachis? Cambiar la Constitución, poner un pié sobre el cuello de la ciudadanía y pasar a tener manos libres.
No deja de sorprenderme la enorme tolerancia del ciudadano avestruz a la violencia en todas sus expresiones. No solamente es violencia un atentado. Es violencia impedir estudiar en español en cualquier parte de nuestra nación; es violencia que uno de los sexos tenga preferencia legal sobre el otro; es violencia el control ideológico, partidista, sectario, de los medios de comunicación públicos -¡privatización inmediata!-; es violencia toda la intervención política de los partidos en la Justicia… Bien podría suceder que, más que tolerancia, es la necesidad de pasar desapercibido, transparente, ante la adversidad de los que la sufren por uno u otro motivo. No ser señalado bajo ningún concepto. Pero la exposición pasiva a la violencia va a proclamar su impunidad, como en las Vascongadas o en la Cataluña con la violencia lingüística, que van ganando posiciones hasta que enfrentarse es una heroicidad.
En Chile la explosión de violencia arrasó Santiago de Chile. Arrasó. La Cámara Chilena de la Construcción calcula los costes de las infraestructuras dañadas en más de 4.500 millones de dólares: daños en el Metro, en comercios, industrias, hoteles, calles… Lugares que eran iconos de las ciudades fueron destrozados y quemados: exactamente 1.617 Monumentos Nacionales y 643 Monumentos Públicos, según la terminología al uso. Hoy muchos siguen en estado de destrucción. Entre los monumentos quemados no podían faltar las iglesias… y la Catedral. La Catedral. La destrucción siempre acompañada del robo, no se olvide. Porque además de los terroristas directos están las células del comunismo, del socialismo, los viejos roqueros del 73. los estudiantes… y, por último y no menos importante, está el lumpen, los delincuentes, los tipos de 30, 40, 50 años que piden y viven en las calles. Estos participaron muy activamente de la revolución. O sea, de los saqueos, del robo y de la destrucción.
Es ilustrativo ver en detalle las imágenes del golpe de Estado en las calles. Limpian, fijan y dan esplendor.