Niegan reuniones y conversaciones grabadas en teléfonos pinchados para defenderse de una acusación de narcotráfico
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
"No era el titular", aseveró este martes ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra Alfredo Martí González, juzgado como supuesto cabecilla de una red de narcotraficantes que estaba intentando de establecer una vía de tráfico regular de droga entre Sudamérica y los puertos pontevedreses de Marín y Vigo. Sus respuestas coinciden con la de los otros cuatro acusados, que negaron que su voz y sus teléfonos fuesen los que aparecen reflejados en el sumario fruto de los pinchazos telefónicos autorizados por sus líneas.
Todas las acusaciones que les echó en cara el fiscal Antidroga, Luis Uriarte, tuvieron la misma reacción. Les leyó las conversaciones telefónicas que supuestamente protagonizaron y alegó que había pruebas fotográficas de las reuniones que mantuvieron para presuntamente organizar alijos de droga, pero lo máximo que logró fue que Alfredo Martí reconociese que hubo "una cosa que surgió y ayudé, pero nada más".
Esta inocencia que sostienen los procesados contrasta con las declaraciones que este martes mantuvieron en el juicio los agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación. El instructor de las diligencias mantuvo la implicación de los cinco en las tareas para preparar diversos transportes de droga y, en concreto, el que se llegó a certificar y que desencadenó las detenciones: el envío de 55,8 kilos de cocaína de gran pureza oculto en un contenedor de plátanos que llegó al puerto de Vigo.
El guardia explicó que la operación deriva de una investigación previa por un intento de transporte de droga a través del puerto de Marín y "se fue descubriendo que era una organización que estaba tratando de introducir droga a través de los puertos". Sostiene que "se estaba estableciendo una vía constante de tráfico de droga" y que el contenedor detectado "sería el primer envío" de muchos, ya que "la organización colombiana dijo que si salía bien esto, se vendrían para aquí y se hacía de manera continuada".
Los investigadores también refrendaron en el juzgado que la relación entre los cinco procesados era propia de una organización bien establecida de la que el cabecilla era Martí González, el procesado José Manuel Currás García era su mano derecha, José Ramón Del Río aportaba la infraestructura comercial, Guillermo Torres era la persona de contacto con la organización colombiana dueña de la droga y José Germán Delgado. un emisario al que enviaron de Madrid a Pontevedra para el traslado de una documentación necesaria para introducir el contenedor en el puerto, persona de confianza de la organización.
José Manuel Currás solo respondió a las preguntas de su abogado y aseguró que "eu cheguei por casualidade, non teño nada que ver con nadie nin moito menos". Alfredo Martí explicó que entre finales de 2010 y principios de 2011, cuando supuestamente se gestó la operación, estaba cobrando el paro y "pude colaborar por la necesidad que tenía", pero que, de todas formas, estas gestiones las realizó pensando que se trataba de una operación de importanción normal, "no sabía que venía cocaína". No concretó cuáles son las gestiones que reconoce que hizo.
Guillermo Torres negó cualquier relación con las personas con las que le grabaron llamadas telefónicas y encuentros en persona y alegó que únicamente conoce a Currás García porque durante una visita a Pontevedra "le pregunté la hora una vez" en la calle. Llamativa fue la contundencia con que realizó su defensa José Germán Delgado, que apeló a su historial delictivo limpio y a que "solo tengo dos multas de aparcamiento".
La Fiscalía pide penas que suman 86 años de prisión y 100 millones de euros de multa y sostiene que los cinco, "en unión de otros a quienes no se ha podido identificar", formaban, según el fiscal, "un grupo organizado cuya única finalidad era la comisión de delitos contra la salud pública" y, en particular, "la introducción en el territorio español de cocaína procedente en su origen de Colombia".
Para Alfredo Martí se piden 12 años de prisión por narcotráfico, seis por dirección de organización criminal y dos por tenencia ilícita de armas, al serle intervenido un revólver del calibre 22. Para José Ramón Del Río; Guillermo Torres; José Germán Delgado y José Manuel Currás García, 16 años de prisión para cada uno por los delitos de narcotráfico y de pertenencia a organización criminal.
Relacionadas:
-
Condenan a 51 años a cinco narcotraficantes que querían fijar una vía de envío de cocaína por puertos pontevedreses
Por Natalia Puga |
-
Tres acusados de trasladar droga entre plátanos, dispuestos a asumir una pena "muy inferior" a la que pide el fiscal
Por Natalia Puga |
-
Piden penas que suman 86 años de prisión para cinco personas acusadas de formar una red de narcotraficantes
Por Oskar Viéitez |